El presidente de la Asociación de Futbolistas obtuvo un máster avalado por la URJC sin cumplir con el mínimo de asistencia obligatorio
El presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), David Aganzo, obtuvo el Máster de Entrenador de Fútbol que organizaba la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y que contaba con el aval de la Universidad Rey Juan Carlos sin cumplir los requisitos exigidos de asistencia al mismo. Así lo publicó El Confidencial el pasado lunes, en una información que aseguraba que Aganzo no acudió al 75% de las clases que se exige en las normas para lograr el título.
Un requisito que el propio Aganzo reconoce que no cumplió, como han informado fuentes del sindicato de futbolistas a eldiario.es. Según AFE, el exfutbolista fue a entre 7 y 8 clases en Las Rozas, lo que incumple el 75% exigido. Para ello, dicen estas fuentes, contó con el aval de los organizadores del máster, que dependía del Centro de Estudios del Deporte (CED) de la URJC para no asistir a todas por su actividad profesional.
Su ausencia la compensaba a través de los materiales y sesiones grabadas que se colgaban en la Plataforma Online de la RFEF, además de con los trabajos que le fueron enviando durante el curso. Estas fuentes también aseguran a este medio que Aganzo entregó el Trabajo Fin de Máster (TFM), cuya temática está relacionada con el Rayo Vallecano, del que fue jugador cuando estaba en activo.
Esta situación descrita por AFE que supuestamente se aplicó en el caso de David Aganzo no aparece reflejada en las bases del máster del CED, del que entonces era director el exsecretario de Estado para el Deporte Jaime Lissavetzky. El documento en el que se explica el funcionamiento del mismo recoge que el 75% de la asistencia es necesario “para considerar como apto a un alumno, siendo ésta una de las condiciones indispensables para la obtención del título correspondiente”, como ha comprobado eldiario.es. De hecho, uno de sus compañeros, Diego Segado, ha declarado que solo le vio “dos o tres días” en clase.
El máster que cursó Aganzo en el periodo 2016/2017 era un título propio de la Universidad Rey Juan Carlos. Era semipresencial, y hubo 15 clases presenciales con periodicidad semanal, que se impartían en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas de 10h a 19h. El curso estaba compuesto por 11 módulos, dentro de los cuales había varios bloques temáticos de los que los alumnos tenían que examinarse o entregar un trabajo. En total, había 120 horas a las que había que asistir a un aula y otras 180 online.
Que el exfutbolista no asistió a varias de las clases programadas es algo que se puede comprobar en algunos casos a través de Twitter. Como adelantó El Confidencial, Aganzo tuiteó que estaba en actos o viajes oficiales junto al entonces presidente de la AFE y que ahora lo es de la RFEF, Luis Rubiales, en días y horarios en los que tenía que estar en el aula de Las Rozas. Como ejemplos, están las sesiones programadas para el 13 de diciembre de 2016 y el 17 de enero de 2017, en los que sus compañeros estaban en clase mientras él estaba en actos fuera de Madrid o en entrevistas.
Aganzo sí asistió a dos de las convocatorias clave: la inauguración y la clausura del máster. En la web de la RFEF se le destaca como uno de los alumnos ilustres. Además, participó en el vídeo elaborado por la federación con motivo del fin de las clases, en el que el presidente de AFE se muestra “muy orgulloso” de haberlo cursado.
Las fuentes de AFE consultadas por este medio señalan que Aganzo está muy tranquilo ante estas acusaciones, ya que considera que no ha engañado a nadie y que se le permitió no asistir al mínimo de clases necesarias. Además, el exfutbolista defiende que entregó todos los trabajos y el TFM.
eldiario.es se ha puesto en contacto con la Real Federación Española de Fútbol, que ha declinado hacer comentarios por tratarse de un asunto que afecta a la anterior directiva que lideraba Juan Luis Larrea.
Este medio también ha hablado con Jaime Lissavetzky, que dirigía el centro al que estaba adscrito el máster cuando lo cursó Aganzo y que ahora es presidente del mismo. Lissavetzky ha dicho a esta redacción que era “un título propio” y que todo dependía de la RFEF, que era “la que puso las normas”. “Nosotros dábamos el visto bueno a los profesores y al temario, nada más”, ha añadido el expresidente del Consejo Superior de Deportes.
