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El presidente del CIS: “El nuevo método no pretende acertar, no somos adivinos”

José Félix Tezanos responde a las preguntas de EL PAÍS tras los polémicos cambios que ha introducido en la ‘cocina’ del instituto público

José Félix Tezanos, presidente del CIS.
José Félix Tezanos, presidente del CIS.Carlos Rosillo

El nuevo equipo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), bajo el mando de José Félix Tezanos (Santander, 1946), nombrado en junio, ha tenido un arranque polémico. Catedrático de Sociología y hasta entonces miembro de la ejecutiva federal del PSOE, su sondeo electoral de septiembre, con un controvertido cambio de método y que daba gran ventaja a Pedro Sánchez, ha desatado críticas.

Pregunta. Qué revuelo. ¿En el CIS se han vuelto locos?

Respuesta. Aquí reina la tranquilidad y el rigor científico más absoluto. No hay que confundir el ruido con la realidad.

P. El último sondeo da diez puntos de ventaja al PSOE sobre el segundo. ¿Hay otras encuestas que le den tanta diferencia?

R. No, pero lo importante son las tendencias. Las encuestas son fotos fijas, no son un artículo de fe ni de ciencia exacta, todas se mueven con un margen teórico de error.

P. Pero el CIS está dando una diferencia mayor del PSOE con el segundo.

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R. Sí, pero no hay que obsesionarse con la proyección. En el CIS no vamos a hacer proyecciones hasta que no exista consenso en un modelo fiable y consolidado. Científicamente ya no existe un pronóstico inequívoco para hacer proyección de votos. Porque cada vez una proporción mayor de encuestados no nos dicen a quién van a votar. Los que lo dicen son del 53% al 57%. Hasta ahí es ciencia, lo demás es un elemento añadido. Cuanto más especulativo y creativo sea ese modelo, más riesgo tenemos de equivocarnos. La historia de las proyecciones en los últimos años es una historia fallida.

“Casi todas las encuestas se equivocan en la misma dirección. Los partidos de centro-izquierda son infravalorados.”

P. Pero, en general, las encuestas sí están acertando en los últimos años. [Lo afirma, por ejemplo, este estudio publicado en Nature en 2018]

R. Conozco ese debate. Mira Suecia, daban una subida espectacular de la extrema derecha. Es curioso, casi todas las encuestas se equivocan en la misma dirección. Los partidos de centro-izquierda son infravalorados.

P. Bueno, si aplicamos su nuevo sistema al sondeo del CIS previo a las elecciones españolas de 2016 habría sido un desastre, salía que ganaba Podemos.

R. No, no, el CIS no. Eso eran las proyecciones.

“No hay modelos, así que el único modelo es tomar exactamente lo que dice el ciudadano”

P. No, si aplicamos su nueva fórmula, solo intención de voto más simpatía, el CIS habría dado eso.

R. No recuerdo eso. Estamos haciendo pronósticos que son casuales, puedes acertar o no. Los que trabajamos en esto tenemos que presentar los datos tal como son. Luego podemos escribir artículos de opinión. No hay modelos, así que el único modelo es tomar exactamente lo que dice el ciudadano. Y partimos de la hipótesis de que la mayor probabilidad de voto es al partido con el que simpatizan más. Y en ese caso el PSOE tiene muchos más simpatizantes, y claro, en el voto más simpatía, marca distancias. Pero, insisto, es que eso no es una manipulación, eso el dato. Hasta que no exista una solución sobre qué modelo es fiable, no lo vamos a aplicar porque nos parece que es engañar al ciudadano.

P. No habrá consenso sobre un modelo, pero sí en que casi nadie se cree lo que ha hecho ahora el CIS.

R. Yo creo que no, que eso es mentira.

P. ¿Puede mencionar algún experto que haya salido a defender el nuevo sistema de estimación?

“Aquí lo que hay es una batalla política, no nos engañemos”

R. ¿Pero por qué tienes que defender una cosa que es obvia? ¿Quiere que llame a gente para publicar una lista de quien piensa que esto es así? Es absurdo. Es un revuelo en una taza de café. En el mundo científico no ha habido nada. No me salen más de seis o siete que lo critiquen.

P. ¿Y seis o siete que lo defiendan?

R. ¡Muchos, todos! Es que es una discusión absurda. Aquí lo que hay es una batalla política, no nos engañemos.

P. ¿Cuál?

R. La batalla que se ha producido en un partido que ha salido por el método constitucional del Gobierno y no lo acaba de asimilar. Desde el primer momento a mí se me objetaba que era del PSOE. Todos los presidentes del CIS han sido de una ideología. Lo que tienes que objetar es si sabe o no de sociología y va a respetar los procedimientos científicos.

P. Pero admitirá el efecto que hace que cambie el Gobierno, cambie el CIS y diga que le va fenomenal al partido que gobierna.

“Nosotros no inventamos nada, lo otro son invenciones y especulaciones, es parasociología”

R. No le va fenomenal, son posiciones relativas. Porque de Pedro Sánchez se ha venido trabajando el cliché de que es un peligro. Que si llegaba a La Moncloa se hundía la Bolsa, se rompía España, las siete plagas de Egipto, y no pasó nada. ¿No es lógico que a partir de todo eso el ciudadano valore más positivamente a Pedro Sánchez?

P. La crítica es que la nueva forma de trabajar es demasiado simplista.

R. No, es veraz y es científica. Nosotros no inventamos nada, lo otro hoy por hoy son invenciones y especulaciones, es parasociología. Pero insisto, cualquiera puede hacer las proyecciones que quiera.

P. Pero no están aún disponibles los microdatos [las respuestas individuales] y los expertos querrán tenerlos para hacer una cocina sofisticada.

R. Con los datos que hay es suficiente. ¿Cómo crees que se han hecho las proyecciones del CIS? Además ¿qué países hablan de cocina? ¡Esto no es propio de países serios!

P. ¿Por qué ‘cocina’ tiene para usted un matiz peyorativo?

R. Porque supone transformar un alimento que está en el estado de la naturaleza y tú lo cambias por otra cosa.

P. O en algo comestible.

R. O indigerible.

P. Pero el término se refiere a un conjunto de técnicas para aproximar el pronóstico a la realidad.

R. No, no, aquí hacemos ciencia, y damos facilidades para que cualquier pueda hacer proyecciones.

P. Lo otro también es ciencia, ¿por qué desprestigiarlo?

R. No, yo no desprestigio a nadie. Nosotros sacamos lo que dice el ciudadano. Suponer que se equivoca y que hay que hacer un modelo de interpretación de lo que dice es propio de la psiquiatría.

P.  Es que a veces si no se aplican correcciones pueden salir cosas disparatadas. Por ejemplo, usted confía mucho en las respuestas directas. ¿Cómo explican que el PSOE sea el partido que más encuestados recuerdan haber votado en las elecciones de 2016, aunque quedó lejos del PP?

R. Es igual que Ciudadanos: tiene más recuerdo de voto del que tuvo y el PP tiene menos.

P. ¿Y eso no habría que corregirlo?

R. ¿Cómo lo vas a corregir?

P. Ponderando por recuerdo de voto, por ejemplo.

Tezanos, sobre las ponderaciones que ha usado el CIS: “Por recuerdo de voto, nunca

R. Pero ¿cómo vas a ponderar por recuerdo de voto? ¿Preguntando a la gente: oiga usted por quién votó, y lo eliges o no lo eliges? Tienes que hacerlo aleatoriamente. La muestra tiene que garantizar que la persona sea entrevistada por selección aleatoria y con los criterios que están inventados. Lo otro que dices es imposible en la práctica. Sobre el terreno sería imposible hacerlo. Imagínate que te abra el portero, y entras y dices, quiero preguntarle a quién votó usted la última vez.

P. Decimos ponderar a posteriori. Aplicando una fórmula una vez tengo las respuestas.

R. Pues hazlo. Tienes los datos…

P. Pero el CIS lo hacía, ponderaba por recuerdo de voto.

R. Por recuerdo de voto nunca.

P. ¿No ponderaba por recuerdo de voto? [En julio de este año, la nota metodológica del CIS decía: “El modelo aplicado es el basado en la ponderación de los datos por recuerdo de voto”]

R. No. Cómo va a ponderar por recuerdo de voto. Si a ti te parece que esto es un buen método, hazlo. A lo mejor me convences.

P. El primer test para ver si el nuevo sistema acierta o no acierta serán las elecciones andaluzas.

R. Es que no pretende acertar, no somos adivinos.

P. No adivinar, pero aproximarse a la realidad.

R. Solo pretendemos reflejar fielmente lo que piensa el ciudadano español. En Andalucía haremos una muestra de 5.000 personas y daremos los datos que salgan.

P. ¿Y cómo será la estimación de voto?

R. Lo mismo: voto más simpatía.

P. Entonces en Andalucía el CIS hará una fotografía y luego se verá si era eso lo que pensaban los andaluces o no. ¿Si no tiene nada que ver están dispuestos a revisar el modelo?

R. Estamos a dispuestos a señalar una vez más que un tercio de esos andaluces toman la decisión de a quién van a votar después de la encuesta. ¿Quién pronostica eso? Es imposible.

P. ¿Entonces para qué hacer encuestas?

R. Pues para tener la tendencia.

P. ¿Pero algunos sí que aciertan, no?

R. Muy poco.

P. Las empresas del sector son todas muy críticas.

R. No. Las grandes empresas yo te digo que no. No conozco a ninguna.

P. Hemos hablado con grandes empresas y están horrorizadas.

R. Dime dos, solo dos. Algunos piensan, no sé si legítimamente, que el hecho de que el CIS proporcione información mensual les quita negocio. Porque la gente luego tiene un negocio.

P. ¿Está diciendo que las críticas parten solo de quien tiene un interés comercial?

R. Bueno, vamos a hacer un seminario y estoy dispuesto a que estas personas vengan y nos digan sus modelos. Y que veamos si saben matemática y estadística y demás.

P. Hay quien piensa que el CIS debería dar solo los microdatos en bruto y no hacer estimación.

R. Eso es lo que hemos hecho nosotros.

P. No, han publicado una proyección de voto.

“Si tú haces una muestra muy grande, los datos son representativos”

R. La simpatía es un dato bruto.

P. La imputan. Es un modelo sencillo, pero es un modelo.

R. No es un modelo. Es el dato directo, ¿no? Lo importante para que una encuesta sea representativa es la muestra. Es decir, para tener proyección por escaños, provincial, tendrías que hacer 50.000 entrevistas en España. Eso no hay quien lo haga. Si tú haces una muestra muy grande, los datos son representativos. Y eliges bien a la persona final que seleccionas. Y la muestra está certificada por edad, sexo y tamaño de hábitat.

P. Mirando los datos de los últimos barómetros, ¿usted cree, comparando julio y septiembre, que los datos del PSOE no han empeorado?

R. No, no. Han empeorado, bueno, sí. El primer efecto que se produjo no se ha mantenido. El primer efecto fue muy espectacular. Es decir, llegar una persona a La Moncloa, no se produce la catástrofe que anunciaban algunos.

P. Pero en su estimación el PSOE ha subido.

R. No, no sube, sube el voto más simpatía. Si lo hubiéramos aplicado así en el mes anterior el PSOE hubiese salido como al 33%. Pero claro, fue muy espectacular. Fue a Bruselas, Merkel vino aquí, abrazos. Es bastante espectacular para un país. Te dan 5.000 millones...

P. ¿Le parece oportuno que el presidente del CIS haga valoraciones políticas?

R. ¿No me vais a dejar un espacio para ser ciudadano y tener mis opiniones? Yo he corregido exámenes, y jamás, cuando viene una persona de derechas a mis exámenes, se me ha ocurrido tratarle mal. Jamás.

P. Solo faltaba.

R. Ya, ya. Y cuando alguien me ha preguntado cosas directamente políticas le decía: estoy aquí como profesor. Hay un debate famoso, el del político y el científico, de Max Weber: el científico no debe ser político, porque influye mucho. Y el político no debe ser científico. Yo tengo la conciencia muy clara de que en mi vida he cambiado un dato. Y a veces he hecho encuestas en temas que salían mal para el PSOE.

P. ¿Usted se considera más científico o político?

R. Es una buena pregunta. Yo me considero tan científico como político. Creo que son dos dimensiones de la vida irrenunciables.

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