España

La llegada de pateras a España supera ya la histórica crisis de los cayucos de 2006

INMIGRACIÓN

Agentes de la Policía Nacional ayudan a desembarcar en Motril (Granada) a un grupo de inmigrantes rescatados la pasada semana frente a las costas andaluzas. Carlos BarbaEFE

Mamadou vio el mar por primera vez en 2005 cuando llegó a Nuabidú (Mauritania), donde trabajó un año para juntar los 1.500 euros que le costó el pasaje en un cayuco. En la barca le ataron con un sedal las piernas para que no se levantara si entraba en pánico. Después de nueve días de viaje, al fin alcanzó Las Palmas, en Canarias. Mamadou llegó con una infección en la pierna. Se la tuvieron que amputar. Lo mismo les ocurrió a otra treintena de subsaharianos que sufrieron mutilaciones producidas por las heridas de las ataduras. Ese año, en 2006, arribaron a las islas 31.678 personas en 515 cayucos. Otras 7.502 cruzaron el Estrecho desde Marruecos a las costas andaluzas. Son 39.180 en total. Nunca había ocurrido algo parecido en España. Hasta ahora.

Según los datos del Ministerio del Interior, hasta el 30 de septiembre 36.674 personas han llegado a nuestras costas por vía marítima. La tendencia es inequívoca y señala que a finales de año se habrán superado los datos de 2006. Sin embargo, esa línea podría de hecho haberse cruzado ya, porque el último balance del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados cifra los inmigrantes llegados a España en 40.209.

Junto a esos números, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) tiene registrado que 398 personas se han ahogado intentando llegar a España, sin contar con los tres fallecidos y 18 desaparecidos de una patera que naufragó el viernes frente a las costas de Almería.

Dentro de 18 días se cumplen 30 años desde que el veterano periodista Ildefonso Sena captara con su cámara la primera imagen de una patera en nuestras costas, en la playa gaditana de Los Lances. En estos años las vallas se han hecho más altas y se han mejorado los medios técnicos y humanos. Pero también han progresado las mafias que trafican con seres humanos y los africanos siguen escapando de sus países.

Los marroquíes, cada vez más jóvenes, vuelven a lanzarse al Mediterráneo. Ahora hay hasta motos de agua que les llevan por 5.000 euros. Las mafias que trafican con los subsaharianos están más organizadas y cada vez tienen más trabajo. «Este otoño seguiremos teniendo muchos clientes. Ahora todo el mundo sabe que acercarse a la valla de Ceuta o Melilla supone que te pillen y te envíen al sur. Por eso ahora todos están como locos de salir por mar», contaba hace unas semanas a este periódico un camerunés que se encarga de reunir material para las pateras.

Después de que en agosto Angela Merkel y Pedro Sánchez pactaran ayudar a Marruecos (con 30 millones de euros) para que controle sus costas, desde el reino alauí han empezado a actuar. Primero con continuas redadas en el norte: según varias ONG, las fuerzas auxiliares se han llevado en autobuses hacia el sur del país a más de 7.000 subsaharianos. Khalid Zerouali, director de inmigración y vigilancia fronteriza del Ministerio del Interior, asegura que además han desmantelado más de 80 redes de tráfico de inmigrantes y abortado más de 54.000 salidas de pateras hacia España. Y la Marina Real ya ha disparado dos veces contra estas embarcaciones.

El Gobierno español guarda silencio ante este tipo de actuaciones del país vecino y pide a Europa que destine más dinero y medios para su socio magrebí. En Rabat han intentado blindar sus fronteras, a su manera, y ahora esperan que el idilio con España se termine de recuperar con una visita al reino que no termina de llegar, la del presidente Pedro Sánchez.