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Junqueras dirige semanalmente las reuniones de la cúpula de ERC a través de dos colaboradores

El exvicepresidente Oriol Junqueras, en el Palau de la Generalitat

Arturo Puente

La oficina del hombre que tiene la última palabra en ERC esta situada en el módulo dos de la prisión de Lledoners. Desde su celda Oriol Junqueras controla el partido que maneja medio Govern, más de un cuarto de las alcaldías catalanas y un grupo en el Congreso necesario para aprobar las iniciativas parlamentarias del Gobierno de Pedro Sánchez. Pese a su encarcelamiento, el exvicepresidente de la Generalitat se implica a fondo en el día del partido, explican fuentes republicanas, hasta el punto de dirigir semanalmente las decisiones que toma la ejecutiva.

Junqueras utiliza para seguir al frente del partido a dos colaboradores que le hacen de enlace con el resto de miembros. Son dos personas que tienen el teléfono acreditado en el registro de la prisión y a los que llama entre dos y tres veces por semana, gastando parte de las 10 llamadas que el régimen penitenciario le permite. Estos enlaces también acuden en persona a ver al líder de ERC, al igual que otros miembros de su partido y del Govern. “Además tiene un trato muy frecuente con Pere Aragonès [el vicepresidente de la Generalitat], con el que comparte la mayoría de sus reflexiones políticas”, explica uno de estos colaboradores.

Para enviar y devolver documentación, la fórmula más frecuente son los abogados. Gracias a estas visitas, que los letrados hacen para preparar la defensa del político, Junqueras recibe acta semanal de las reuniones de la ejecutiva de su partido, que tienen lugar los lunes. “Él la devuelve comentada, a veces de forma casi inmediata, y se tratan sus comentarios en la siguiente reunión”, explican fuentes de ERC.

A ello se suman las visitas que recibe de personas ajenas al partido y al Govern. “A Oriol han ido a verle autoridades políticas, sindicales, religiosas… se reúne con mucha gente en prisión”, aseguran en su entorno, subrayando que las personas que quieren lo hacen público pero que también es sencillo hacer visitas de forma discreta si se desea. “Así son la mayoría de reuniones”, apostillan.

Es debido al protagonismo que Junqueras aún tiene en su formación que Pablo Iglesias ha decidido reunirse con él en Lledoners este viernes, con el objetivo de negociar los presupuestos que el Gobierno ha pactado con Unidos Podemos. Lo hará este viernes, en la prisión de Lledoners. Según ha explicado Iglesias, su idea es trasladar a Junqueras que la solución para los presos está más cerca si se mantiene la mayoría que aupó a Sánchez hasta la Moncloa.

Pero lo que encontrará Iglesias en Lledoners, afirman desde ERC, no será diferente a lo que ya han avanzado los diputados republicanos en el Congreso. Junqueras está totalmente alineado con su formación, y tiene una relación muy buena tanto con Gabriel Rufián como con Joan Tardà. “Me preguntan qué le dirá Pablo Iglesias a Junqueras y respondo que lo desconozco, tan solo sé qué le dirá Oriol: que no hay negociación si el Gobierno de Pedro Sánchez no se mueve en el sentido que ERC ha manifestado públicamente y en privado al Gobierno español”, ha asegurado Tardà este miércoles.

Mensajes para un cambio estratégico

Hay reuniones, hay llamadas y hay correo, pero la fórmula de Junqueras para enviar sus mensajes más contundentes son las cartas a la militancia y las entrevistas a los medios de comunicación. “La política de frentes alimenta el frentismo”, esgrimió en una entrevista con El Periódico en septiembre pasado. Así descartaba Junqueras totalmente las listas unitarias del independentismo para las municipales.

Igual de eficaz había sido en junio, cuando en una carta a la militancia alertaba contra “las estridencias, las proclamas acaloradas y los discursos nacionalistas excluyentes” dentro del independentismo, en referencia al president Quim Torra. Con este dardo, Junqueras fijó el nuevo rumbo de la formación hacia un soberanismo capaz de sumar a nuevos sectores sociales.

Pese a las dificultades de la prisión, Junqueras ha conseguido mantener el partido cohesionado mientras reenfocaba la estrategia de ERC hacia el independentismo pragmático. De hecho, el exvicepresident es el principal impulsor de esta idea, que busca crecer socialmente para alcanzar mayorías independentistas más sólidas y un referéndum pactado. La ponencia política que el partido aprobó este verano, donde se fijaba negro sobre blanco el giro de ERC, estuvo meticulosamente tutelada por Junqueras.

Él ha sido también el artífice de la renovación de la directiva del partido. El pasado julio, el vicepresidente del Govern Pere Aragonès explicó en La Vanguardia que fue Junqueras quien le pasó las riendas de la octogenaria formación a través del cristal del locutorio de la prisión. Ahora, en la recta final hacia la campaña para las municipales, Junqueras ha pilotado la operación por la que Ernest Maragall se ha convertido en el candidato a la alcaldía de Barcelona.

La negociación, en la cárcel

“Oriol dirige el partido casi tanto como lo hacía cuando estaba fuera”, explica una fuente de ERC, que minimiza los impedimentos técnicos de la prisión. “No es instantáneo, pero puede enviar mensajes en solo un día”, asegura. Ahora, especifica, está llamando a Lledoners a varios alcaldes y candidatos municipales de ERC, preparando la estrategia de las municipales. “A veces nosotros mismos nos sorprendemos de la cantidad de información que tiene”, añade una de las personas que más acude a verle.

Además, al estar presos Junqueras, Raül Romeva y tres diputados de JxCat –Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Turull– buena parte de las reuniones sobre cómo abordar su suspensión, que terminaron en la crisis de los independentistas en el Parlament, se celebraron en la cárcel. En los encuentros en Lledoners durante el verano llegó a haber mesas con una docena de personas, en las que se negoció, se estudió jurisprudencia y se elaboraron documentos, como si se tratase de una dependencia más de la Generalitat. Estas reuniones levantaron las suspicacias de la oposición, asegurando que tenían “privilegios”, hasta el punto que el PP llevó ante el Ministerio de Justicia el “trato de favor” de los presos independentistas.

Junqueras y los otros ocho presos independentistas llegaron a las cárceles catalanas en julio. Desde entonces, Lledoners, la prisión elegida por los cuatro exconsellers y los Jordis, se ha convertido en uno de los centros neurálgicos de la política catalana. Y no solo por lo que ocurre dentro. El exterior de la cárcel es un lugar frecuentado por las bases independentistas, con concentraciones habituales, 'performances' reivindicativas y donde incluso se celebran cenas en honor a los presos.

Las cercanías de la prisión no es lo único que está ahora más concurrido. También lo está la zona de visitas, por donde han pasado líderes políticos como el lehendakari Íñigo Urkullu, la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, o el presidente de la CEOE y el secretario general de UGT, Juan Rosell y Josep Maria Álvarez, que visitaron a Junqueras la semana pasada. La lista de visitantes es muy amplia, según comentan en ERC, pero la mayoría prefiere optar por la discreción.

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