Salvini coquetea con Bolsonaro y promete "un terremoto político" en Europa

A toda velocidad y sin frenos, Matteo Salvini pretende ampliar la lista de sus aliados. Ahora también mira hacia la orilla sur del Atlántico. Este lunes, el vicepresidente y ministro de Interior italiano no ha desperdiciado la ocasión para lanzar un mensaje hacia uno de los países más pujantes y convulsos de Latinoamérica: Brasil. Allí donde el domingo el candidato de la extrema derecha, Jair Bolsonaro, sorprendió al obtener en la primera vuelta el 46% de los votos en las elecciones generales. Algo que el líder de la Liga ha festejado.

“Han votado en Brasil, un país enorme, un país con un gran crecimiento, y la izquierda ha sido firmemente derrotada. Ganó un candidato (Bolsonaro) que, según la prensa italiana, es un racista, nazi y fascista, solo porque pide más orden y seguridad para los ciudadanos”, consideró Salvini, en una entrevista matutina con una emisora radiofónica italiana. “También Brasil cambia y hay aire nuevo. #GoBolsonaro”, ha tuiteado. El líder de La Liga relacionó de manera implícita la victoria de Bolsonaro con las elecciones europeas que se celebran dentro de ocho meses, como si ambos eventos fueran parte de un diseño común. "La cita de mayo será el final de una revolución del buen sentido, que está recorriendo Europa y también va más allá de Europa. El resultado de las elecciones brasileñas es un ejemplo”, ha opinado.

Un frente común Le Pen-Salvini

“No quiero que (Italia) abandone la UE o la Eurozona, quiero cambiar las reglas”, ha recalcado Salvini. El vicepresidente italiano se ha unido a su socio gubernamental y líder del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), Luigi Di Maio, al evocar la imagen de un “terremoto político” que llegará a la UE. "Tras las elecciones de finales de mayo de 2019, las elecciones europeas, habrá un terremoto político en Europa de tal magnitud que la austeridad y la regla del 3 % serán sepultadas por cientos de millones de votos”, había afirmado este el domingo Di Maio, anticipándose a Salvini, pero sin tener la misma repercusión mediática.

Para ello, Salvini no está solo. Hoy ha recibido en Roma a Marine Le Pen, jefa del ultraderechista Rassemblement National (antiguo Frente Nacional), con el que formarán el "frente de la Liberad" de cara a las elecciones europeas. Ambos líderes populistas tienen "un proyecto común, una idea de futuro común y, si es posible, también candidatos comunes pero dejando libertad a los países, pueblos y gobiernos”, ha explicado Le Pen. “Cada uno celebrará sus victorias y nos encontraremos en Bruselas”, precisó Salvini. El asalto conjunto va más allá de las urnas, ya que incluye también reparto de futuros cargos europeos. “Serán posibles alianzas sobre candidatos comunes, en puestos europeos particularmente sensibles”, ha apuntado Salvini.

Aunque, a renglón seguido, Le Pen quiso marcar una distancia de Steve Bannon, el exasesor de Donald Trump y fundador de The Movement, un movimiento paneuropeo que pretende ayudar los partidos soberanistas a tomar el poder en el Viejo Continente. “Quisiera aclarar lo de Steve Bannon. Él no es europeo, es estadounidense”, afirmó, subiendo el tono de la voz, Le Pen. "Y, pues, él ha propuesto la creación de una fundación que quiere ofrecer estudios, sondeos y análisis para los partidos soberanistas. Esto está muy bien. Pero las fuerzas políticas en las europeas somos nosotros y somos nosotros quienes las estructuraremos para salvar en mayo a Europa”, ha indicado la política francesa.

Los ‘salvadores’ de Europa

Ambos políticos coinciden también en dirigirse a un posible caladero de votos, con guiños a dos sectores económicos que se consideran los grandes afectados de la última crisis económica: la agricultura y la pesca. “Son temas sobre los que daremos batalla en Bruselas (…) Los acuerdos (europeos) han dañado a nuestros comerciantes, a nuestros agricultores y a nuestros pescadores”, dijo Salvini, que ya en el pasado fin de semana participó en un acto organizado por la principal asociación de la agricultura italiana, Coldiretti, algo impensable hace meses. “Nunca más habrá tratados de este tipo”, agregó.

Y así Le Pen, quien llegó a hablar de “importaciones salvajes” de alimentos y clamó contra el proceso de mundialización de la economía en la UE, en su encuentro con Salvini titulado de manera bastante elocuente, ‘Crecimiento económico y perspectivas sociales en una Europa de naciones’, y celebrado en la sede del sindicato UGL.

“No luchamos contra Europa, sino contra la UE”, clamó Le Pen, en cuyo discurso pronunció palabras aún más radicales que Salvini contra el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. “Es posible revertir todo, impulsando a los ciudadanos, partiendo de su identidad”, añadió asimismo Le Pen, haciendo hincapié en las fobias modernas generadas por el mestizaje y desdibujándose como salvadora de Europa.

Éste es uno más de serie de encuentros que Salvini y Le Pen están manteniendo en los últimos meses. El ministro de Interior italiano, que continúa tejiendo alianzas en Europa, ya se reunió —era septiembre— con el primer ministro húngaro, el euroescéptico Viktor Orbán, y con el viceprimer ministro austríaco, Heinz-Christian Strache, presidente del ultraderechista FPÖ. Salvini tampoco se echó atrás a la hora de afirmar que admira “desde varios puntos de vista” a Vladimir Putin, el presidente de Rusia. Ese país al que viajó el sábado el antiguo hombre fuerza del centroderecha italiano, Silvio Berlusconi, para participar al 66 cumpleaños de Putin. "En verdad, los admiro a los dos”, dijo finalmente el legüista.

Amenaza a Alemania por una no-noticia

El comienzo de la semana también le ha servido al político italiano para volver sobre su resbalón del fin de semana: La amenaza a Alemania de cerrar los aeropuertos, “como hemos hecho con los puertos”, por la supuesta decisión del Gobierno de ese país de reenviar inmigrantes y solicitantes de asilo a Italia en vuelos chárter. Noticia que no ha sido, hasta la fecha, confirmada por Berlín. “El domingo me desperté con esta noticia y respondí que, claro, eso no ocurrirá bajo ninguna circunstancia”, admitió Salvini, al agregar que, en la entrevista con la emisora radiofónica italiana RTL, “luego supe que no había comunicaciones desde Alemania”.

Y más aún, en la misma dirección. “Lo importante es que no haya más migrantes viniendo a Italia”, añadió Salvini, cuyo plan, según algunos analistas, sería pactar un acuerdo con Berlín que contemple también el apoyo de Alemania para reformar, a su manera, el Tratado de Dublín y la misión naval europea Sophia en el Mediterráneo.