Soy Federico, y tengo 71 años. Por más de 46 años trabajé como maestro, dando alma, cuerpo y corazón para formar a las nuevas generaciones. Hace 6 años me jubilé. La pensión que recibo es simplemente miserable, y apenas me alcanza para sobrevivir. Es triste que Chile se trate de esta forma a sus jubilados.  

Tengo una pensión de menos de 290 mil pesos, 560 mil menos que cuando trabajaba. Esta precaria realidad de los profesores en nuestro país se contrasta con los descarados salarios y pensiones vitalicias de nuestros parlamentarios e integrantes de las fuerzas armadas.

Me indigna que nos dejen en la pobreza, mientras nuestras pensiones se van a la corrupción, y el  jugoso negocio en el que se convirtieron las AFP.  Esto debe cambiar, el gobierno debe realizar un cambio profundo en el que se eliminen las AFP para que los profesores reciban una jubilación digna.

Como docentes somos un tesoro cultural del país que debe ser reconocido dignamente. La reforma constitucional al sistema de pensiones debe considerar nuestro trabajo, y asignarnos una pensión acorde a nuestra realidad.

Firma y comparte esta petición por una pensión digna para los profesores en Chile.