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Frenazo exportador por la apreciación del euro y la menor demanda exterior

Las ventas de bienes a otros países cayeron un 2,4% en marzo Los mayores retrocesos se dieron en Asia y Oriente Medio, en torno al 16%

El comercio exterior español en 2018

La tormenta perfecta que se desató sobre las exportaciones españolas en el primer trimestre, con un euro superando los 1,25 dólares, un barril de petróleo que se disparó en marzo hasta los 70 dólares y una amenaza de guerra comercial entre EE UU con China y la UE, ha pasado factura a las empresas españolas. Así lo apuntan los datos de comercio exterior hechos públicos esta mañana por la Secretaría de Estado de Comercio correspondientes al primer trimestre, en el que se contempla una tendencia descendente que ha culminado con un desplome de las exportaciones y de las importaciones en marzo.

En enero, las exportaciones españolas crecieron un 6,5%, en línea con los registros de los últimos años que llevaron a cerrar 2017 en máximos históricos. En febrero, el aumento se limitó al 2,3% y finalmente en marzo se cerró con una caída del 2,4%. En esta senda descendente han jugado un papel primordial el alza del euro y en menor medida, las tensiones comerciales entre la UE y EE UU. El euro ha estado cotizando todo el trimestre en el entorno de los 1,20 dólares, tocando techo a principios de febrero, con un cambio de 1,25 dólares. Un euro caro es perjudicial para las compañías españolas que exportan, ya que hace menos competitivos sus productos frente a los de la competencia.

La fotografía del sector exterior muestra caída generalizadas en las ventas de bienes, con la excepción de los dos grandes socios comerciales de España (Francia y Alemania), en el que no hay efecto de tipo de cambio.En el resto de países, incluidos algunos de la zona euro como Italia o Portugal, las caídas de ventas son generalizadas, aunque son especialmente apreciables Asia y Oriente Medio, con descensos medios del 16%. Así, las exportaciones a Arabia Saudí cayeron un 21,4%, a Japón un 10,5%, a Reino Unido un 10,3%, a EE UU un 8,7% y a China un 7,4%.

Un impacto negativo en el que también puede haber pesado en el ánimo de los exportadores la amenaza de una guerra comercial y de la imposición de aranceles cruzados, así como las incertidumbres aún sin resolver de la salida del Reino Unido de la UE. En el primer trimestre, las exportaciones de bienes cerraron con un crecimiento del 1,8%, lejos del 14,1% registrado en el mismo período de ejercicio anterior. Entre enero y marzo de 2017, el euro estaba muy depreciado con respecto al dólar, manteniéndose en el entorno de los 1,05 dólares, lo que también contribuyó a ese mayor crecimiento.

El Club de Exportadores apunta “a una ralentización de la demanda externa que podría llegar a ser preocupante”

Antonio Bonet, presidente del Club de Exportadores e Inversores, considera que el frenazo exportador indica "una ralentización de la demanda externa que podría llegar a ser preocupante”. Además apunta que la subida del 1,8% no es solo inferior a los registros del primer trimestre de 2017, sino que también lo es con respecto al avance registrado en el resto de economías avanzadas, como Alemania (2,8%), Francia (3,9%), Italia (3,3%), EE UU (7,9%), China (13%) y Japón (4,9%).

Desde Economía se justifica este parón por el fuerte por la estacionalidad, “ya que tiene un fuerte efecto estacional debido a que en 2018 la Semana Santa tuvo lugar mayormente en marzo, mientras que en 2017 fue íntegramente en abril”. De hecho, precisa que con la serie desestacionalizada y corregida de efecto de calendario, “tanto las exportaciones como las exportaciones crecieron un 3,6%”.

El déficit comercial, que había crecido un 6,3% entre enero y febrero por el alza del petróleo (el barril de Brent, de referencia en Europa, llegó a tocar los 70 dólares a finales de marzo y ya ha llegado a los 80 a mediados de mayo) se ha corregido de forma inesperada. El déficit se ha situado en 6.933 millones de euros en el primer trimestre, un 3,7% menos anual, pese a que las exportaciones de crudo han seguido creciendo en paralelo a la apreciación del petróleo. El factor que ha provocado este cambio de tendencia ha sido la caída generalizada de las importaciones por parte de los cuatro grandes sectores que venden y compran productos a otros países. Bienes de equipo, automoción, alimentación y químicos suman dos terceras partes de las exportaciones e importaciones españolas. El mayor descenso de importaciones se produjo en el sector de la alimentación, con una caída del 8,9%, seguido de los productos químicos (-7,9%), bienes de equipo (-5,2%) y del sector del automóvil (-1%).

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