Grosero al frente del albergue de Ponferrada - Camino de Santiago

Grosero al frente del albergue de Ponferrada

Albergue de peregrinos parroquial San Nicolás de Flüe, Ponferrada, León - Camino Francés :: Albergues del Camino de Santiago
Albergue de peregrinos parroquial San Nicolás de Flüe, Ponferrada

Fuente: melodysoft.com

Grosero al frente del albergue de Ponferrada – Carmen Pereira – 24/04/2010 15:18

Mañana comienzo el Camino de Santiago desde Ponferrada. Acabo de llamar al único albergue que hay en esa ciudad y la persona que ha cogido el teléfono es un maleducado de tomo y lomo. No refiero el diálogo porque seria muy largo de relatar, aunque espero que valga mi palabra de que ese señor con esos modales de grosero no debería estar al frente de un lugar por el que pasan multitud de peregrinos. El muy cretino ha logrado que haya pasado de estar feliz por comenzar mi Camino a estar de muy mal humor y pensar que mal comienzo.. Que sirva esto para que pongan al frente de ese albergue a alguien más agradable.

Y encima, tengo que quedarme en un hostal

Señora Peral,unos apuntes – Francisco Gonzàlez – 24/04/2010 18:23

Señora Peral:

Permíìtame que le haga varios apuntes:

1.Si Vd va a empezar en Ponferrada, y todavía no ha dado un paso, deje las literas para los peregrinos que vengan caminando que seguro que las necesitarán más que Vd.Puede Vd entrar en internet y reservar un hotel o un hostal, que haberlos, hailos en la “Pons Ferrata”. Que le parecería a Vd.llegar a un albergue después de una agotadora jornada a pinrel y encontrarse las literas ocupadas por personas que todavía no han dado un paso?.

2.El Camino de Santiago es una senda milenaria,no una ruta de senderismo.Y es un gran maestro pero para eso hay que ir con el corazón abierto. Y debería saber Vd.que en los albergues de peregrinos no se reservan las plazas.

3.El “cretino” del albergue de San Nicolás de Flüe es un voluntario que regala su tiempo libre en ir a ayudar a peregrinos. No es un empleado.

Dios mio,que cruz! Cuando cogno acabará este año?

Unos apuntes: no es Sra. Peral. Es Sra. Pereira – José María – 24/04/2010 19:19

Sr. Paco González: Se ha desbocado usted en las declaraciones que ha hecho.
No sabemos la conversación que han mantenido la sra. Pereira con el cretino grosero que vive en ese albergue desde hace varios años, y por lo tanto no es un voluntario como usted afirma y desconoce.

Usted tampoco sabe si la tal sra. Pereira va con el corazón abierto o cerrado. No juzgue lo que desconoce. Para ser el camino un gran maestro y por lo que se ve y deduce, usted lleva tiempo en él, no ha debido de enseñarle mucho y juzga usted a la ligera.O,¿tal vez también yo le juzgo a la ligera?

He dormido tres veces en el albergue de Ponferrada y las tres veces le he visto unos modos y formas que dejan bastante de desear para alguien que pudiera ser un hospitalero o un voluntario que va a ayudar unas horas.

La segunda vez que dormí en el albergue quedé con unos amigos que iban a comenzar en Ponferrada. Le pregunté al hospitalero si podrían dormir en el albergue cuando llegaran en el bus. El hospitalero me dijo que sí que no había ningún problema, eso sí, que llegaran antes de cerrar el albergue a las 22:30H. Yo había llegado desde Rabanal del Camino y ellos comenzarían al día siguiente desde Ponferrada. No hubo ningún problema. Llegaron antes de la hora de cierre y al día siguiente salimos juntos por la mañana. El hospitalero me dijo que estaban esperando a un grupo de peregrinos que llegarían sobre las diez y que también comenzarían mañana. Esto fue en el mes de septiembre. Ahora estamos en abril y ¿usted cree que puede haber caminando 210 peregrinos que llegarán hoy a dormir al albergue de Ponferrada? Vamos hombre, no se lo cree usted. Le comento lo de 210 peregrinos porque el albergue de Ponferrada tiene esas plazas y quizás tenga más. Si la tal sra. Pereira quería alojarse en el albergue para comenzar mañana, ¿usted cree que le quitaría una cama al que viene caminando? No me fastidie, hombre.

Volviendo a ese señor que vive en el albergue por circunstancias que desconozco, le diré que es un señor jubilado de casi setenta años. La grosería y el descalificamiento al que está habituado son unas de sus cualidades principales. Mire usted algunos foros sobre el albergue de Ponferrada y verá lo que cuentan de él. Tal vez dos o tres comentarios serían casuales pero es que se repiten desde varios años. No es hospitalero ni voluntario.

Cuídese sr. González y cuando lance sus dardos asegúrese dónde está la diana para dar en el blanco.

Que tenga usted un buen día.

Sr. José María – Francisco González – 24/04/2010 20:02

Sr. José María:

No sé si me habré desbocado o no en mi intervención.En todo caso,estoy juzgando o prejuzgando una actitud que se desprende de unas palabras,no a una persona de lo cual líbreme el Bonaerges. Y yo no he insultado a nadie como ha hecho la Sra. Pereira llamando al hospitalero “cretino” y “grosero”.´Por cierto,una pequeña licencia ya que Vd. sabrá que en gallego, Pereira, significa Peral. Pequeña licencia como la que se toma Vd. llamándome Paco y no Francisco,lo cual tampoco tiene importancia. Si alguien da una opinión en un lugar público como este, también debe de estar preparado para que otros no estemos de acuerdo.

Es muy fácil insultar a las personas que no pueden defenderse.Si yo tuviera ese problema,antes de empezar a andar,me dirigiría al albergue y hablaría directamente con ese señor y no entraría a saco en este foro. Y en todo lugar,conocemos solo la versión, de una de las partes.Se ve que a uno le gusta hacer de abogado del diablo.

He dormido varias veces en el albergue de San Nicolás y SIEMPRE me han atendido hospitaleros voluntarios.Y si Vd.tiene una mala experiencia de ese albergue,yo la tengo buena,lo cual no quiere decir que ni Vd.ni yo estemos en posesión de la verdad absoluta.

Y sì es cierto (en eso le doy la razón) de que en el albergue de Ponferrada dejan entrar a personas que todavía no han empezado a caminar.Pero como yo no estoy de acuerdo en ese proceder,las veces que he iniciado el camino,esa primera noche siempre he ido a dormir a un lugar alternativo.Le puedo comentar que yo si he visto dormir personas en Ponferrada en el suelo y las literas ocupadas por personas venidas en tren.

Pero vuelvo a decirle que en el camino no se reservan literas en los albergues de peregrinos (otra cosa son los privados a los que yo considero negocios de hostelería).

Y ya por último, si yo fuera a empezar el Camino mañana, lo que haría es compartir mi alegría con todos vosotros y no entraría a saco en este foro con mensajes tipo al que he respondido.

Pero es que uno ya está harto de escuchar de si el hospitalero es un grosero, si no hay calefacción, si las sabanas no están precintadas, si no hay…etc etc en vez de contar las buenas vivencias del camino de cada uno. Lo siento, pero leer la última frase me ha encendido “Y lo peor es que me toca dormir en un hostal”. Y qué? digo yo.

Cuídese Vd. también. Y por mi parte, le añado, de corazón y desde la discrepancia: BUEN CAMINO

Sr. Francisco González – Santos. – 26/04/2010 13:30

Sr. Francisco González:
En primer lugar disculpe usted por tomarme la licencia de nombrarlo familiarmente Paco, forma hipocorística de Francisco, cuando usted y yo no nos conocemos de nada, al menos eso creo yo. Solamente de leerlo en algunos correos conozco su trayectoria en este foro; foro en el que se reciben al día opiniones de todo tipo de asuntos, relacionados con el camino. Lo mismo le digo, que ha de estar preparado para leer opiniones de las que usted no ha de estar de acuerdo.

Vuelvo a insistir, y disculpe usted, que ha estado desbocado, además, de encendido y precipitado en sus declaraciones.
No ha leido bien mi anterior mensaje porque, si vuelve a leerlo, usted leerá que dije que no sabemos la conversación que la señora Pereira, no Peral, mantuvo con ese individuo que, no es hospitalero ni tampoco un voluntario.

Tampoco en ningún momento dije que yo tuviera una mala experiencia en el albergue de San Nicolás de Flüe, de Ponferrada. Dije: “He dormido tres veces en el albergue de Ponferrada y las tres veces le he visto unos modos y formas que dejan bastante de desear para alguien que pudiera ser un hospitalero o un voluntario que va a ayudar unas horas”. Esto no es motivo de haber tenido una mala experiencia por mi parte. Le he visto, hacia otros peregrinos, malos gestos y modales. Lo que ocurre es que usted se precipitó en sus declaraciones encendido por lo que dijo la sra. Pereira y que a usted como buen peregrino y hospitalero, quizás un poco excesivamente purista, le ha endemoniado.

Las tres veces que estuve en el albergue de Ponferrada, también me atendieron hospitaleros voluntarios, españoles y extranjeros, pero en ningún momento me atendió ese individuo. Ví cómo “hablaba” con peregrinos con pocas maneras educativas. Pregunté al hospitalero y me dijo que vivía en el albergue que no era hospitalero y no me dijo más pero me dio a entender que él no estaba de acuerdo con la actuación de ese individuo. Por esto mismo y lo ya contado puedo entender perfectamente a la sra. Pereira en su queja.

El que usted esté o no de acuerdo con la decisión del albergue de Ponferrada en actuar de ese modo, por dar cobijo a los peregrinos que están aún frescos, no es asunto suyo. Vuelvo a repetirle que no ha leido con atención lo que he escrito. Dije: “Ahora estamos en abril y ¿usted cree que puede haber caminando 210 peregrinos que llegarán hoy a dormir al albergue de Ponferrada? Vamos hombre, no se lo cree usted. Le comento lo de 210 peregrinos porque el albergue de Ponferrada tiene esas plazas y quizás tenga más. Si la tal sra. Pereira quería alojarse en el albergue para comenzar mañana, ¿usted cree que le quitaría una cama al que viene caminando? No me fastide, hombre”. Pues esto mismo, sr. González, que en el mes que estamos por mucho peregrino que esté caminando, en el albergue de Ponferrada no va a haber problema de plaza y por lo tanto, en caso de que la sra. Pereira se alojara en el albergue no le quitaría la cama o plaza a ningún peregrino que llegara caminando desde hace varios días. A veces se lía la madeja cuando no hay necesidad. Otra cosa sería si estuviésemos en los meses de julio y agosto, entonces tendría razón en su queja.

Mire, ni tan siquiera ha leido bien su correo porque en ningún momento me refiere lo de que no se reservan literas en los albergues. Al estar usted, tal vez, algo ofuscado me dice como una iteración que en el camino no se reservan literas en los albergues de peregrinos…
Señor González, sé bien que en los albergues de peregrinos, de donativo, no se reservan literas a nadie.

Tal como dijo usted, en este foro público se admite de casi todo y debemos estar preparados para lo que nos guste y no nos guste.

“Pero es que uno ya está harto de escuchar de si el hospitalero es un grosero,si no hay calefacción, si las sabanas no están precintadas, si no hay… etc, etc en vez de contar las buenas vivencias del camino de cada uno.Lo siento,pero leer la última frase me ha encendido: Y lo peor es que me toca dormir en un hostal”. Y qué? digo yo”. Usted mismo lo reconoce, ésto es lo que lo ha encendido y me relata su experiencia personal como hospitalero. Experiencia que no viene a cuento y mete en el mismo saco lo que no tenía que meter.
Y mire, yo también le doy la razón, con respecto a la frasecita de marras: “Y lo peor es que me toca dormir en un hostal”. Pues no ocurre nada si el primer día se duerme en el hostal pero, por otra parte, ¿por qué no iba a poder dormir en el albergue? Estamos hablando del albergue de Ponferrada, no de otro albergue con menos plazas y, estamos en el mes de abril no de julio o agosto.

Señor Francisco González, espero que nos encontremos algún día en el camino. Usted como hospitalero y yo como peregrino, o viceversa. Quiero intentarlo.

Buen Camino.

Sr.Santos – Francisco Gonzalez – 26/04/2010 18:12

Sr.Santos:

No dude Vd que será un verdadero placer encontrarnos algún día por esos caminos de Dios.Y puede Vd. llamarme Paco, que así lo hacen mis amigos, simplemente he puesto un ejemplo.

Buen Camino.

Pd.A lo mejor estoy un poco obtuso,pero no creo que haya hablado en este hilo de mi experiencia como hospitalero.Por cierto,sepa que a día de ayer, se expidieron 90 credenciales por hora lo que le puede dar una idea de las personas que hay ahora caminando.

Re: Sr.JoseMaria – Amanda – 26/04/2010 13:09

Perdonad que me meta en lo que no me llaman.
Creo que el asunto aquí no es intentar faltarse de la forma más sutil posible para librarse de la respuesta, sino de ayudar en la medida de lo posible a esas personas que escriben desde su ignorancia.
Estoy de acuerdo con que hay que respetar, tanto un lado como otro. Si el hospitalero fue grosero sus motivos tendría (ya que supongo que en años xacobeos todo es más irritante)y si se quiere empezar el Camino se ha de hacer con la mirada fija en el horizonte, sintiendo la belleza y la energía y no sacando las uñas. Y si la señora Pereira se sintió tan ofendida también tendría sus motivos, quizá esté en el Camino, en este momento, por motivos de fe, o por un golpe repentino de la vida y se siente igualmente irritable.
A si que mi opinión, aunque ya sea tarde, es que tenemos que aprender a VIVIR en el Camino y a dejar nuestra vida anterior fuera de él. Todos ganaremos salud, paz, y una magia que solo existe en esta senda y que sólo puede ser creada si las almas de los peregrinos está verdaderamente limpia.
Buen Camino a todos!

11 comentarios en “Grosero al frente del albergue de Ponferrada”

  1. 1º no me gusta nada el tono de Carmen Pereira, insultando a una persona sin poder defenderse, tipico de gente que utiliza los foros porque sabe que allí no le ven la cara.

    2º si no hay mas remedio reservo pero sobre todo me aseguro de que no voy a quitar la cama a nadia y siempre llamo a eso de las 5 o 6 cuando creo que ya está todo el mundo metidito en los albergues. Si es el primer dia es evidente que no solo puedo quitar la cama a un peregrino cansado de andar desde Roncesvalles, o Roma , o Belgica o… sino que tambien puedo molestarlo ya que yo llegaria mas fresca que una rosa.

    He dormido varias veces en Ponferrada, la sensacion es que es un albergue bastante acojedor pero no podemos contar que todos los peregrinos sean respetuosos. Mucha gente empieza desde allí y no se da cuenta del cansamiento que llevan el resto de peregrinos. Suelo llevar tapones de cera para no escuchar ronquidos, en 1700 km aun no los habia estrenado y en Ponferrada tuve que ponermelos y no por los ronquidos, si no por la gente que no paraba de hablar y de hacer risitas. Ya os aseguro que no se trataban de la gente que venia caminando desde Roncesvalles, sino de los que allí empezaban.

    Ah! y tuve que dormir en Ponferrada porque en Molinaseca no me dejaron ya que llevaba bicicleta, miré a mi alrededor y vi que muchos de los peregrinos que se quedaron en Molinaseca, ni llevaban ampollas ni marcas del Sol. Ay! pero es tan bonito ese pueblo para hacer turismo.

    Los que empezais en Galicia o en Leon , pensad en la cantidad de Km que llevan vuestros compañeros y respetar a prójimo. Si lo hubieras pensado antes no habrias insultado a nadie,
    Salud

  2. Ahora entendemos porque se está comercializando el Camino.
    En ningún momento, la Sra. Pereira nos ha expuesto que graves modales le han llevado a enfadarse y criticar al Hospitalero de Ponferrada. Ni el Sr. Santos, ni el Sr. Gonzalez, están en el derecho de hacer del Hospitalero un martir por la causa. Los graves o no modales que tuvo el Hospitalero por telefono, los tienen a diario los vendedores de puerta apuerta en casa de cada uno ó por telefono, cuando una compañia telefonica hace una oferta cuando le pica a la puerta a un posible cliente. Srs., este ejemplo es la vida misma, por un lado la gente cree que los demas estamos a su servicio, y por otro el servicio cree que se lo tiene que ganar uno. La Sra. Pereira, ante tales molestos modales, no deveria utilizar este medio de comunicación para alentar el mal royo y la disputa entre anonimos. Si tales modales infundados lastimaron su Camino, de ellos tendria que tomar ejemplo para el futuro, puesto que no creo que la gente insulte o falte sin motivos.
    Por otra parte creo que somos los ciclistas uno de los peregrino con mayores motivos para estar en desacuerdo con las normas que se nos dan al empezar el camino, ya que no se nos permite el alojamiento en los “publicos” hasta que los peregrinos llegados en tren y apié se alojen comodamente. Pero esto señores mios, estoy seguro que todos los que se aventuran a este amado camino nuestro, lo saben todos los ciclistas, y no vamos haciendoles sentirse culpables a los demas por ello . Si el Albergue o hospitalero dice que no se puede alojar la Sra. Pereira, no se tiene por que enfadar( si es lo que paso…), y alojarse en un Hostal seria una buena forma de empezar, por lo que no se tendria que enfadar. Todos (incluidos la Sra. Pereira) tenemos que informarnos de las condiciones de los albergues y si estos permiten reserva o no indistintamente de la epoca del año. No podemos ciclistas o peatones saltarnos las normas de los Albergues por que soy yo. Lo siento por la Sra. Pereira y el mal royo con el que a tenido que empezar. Espero que con su camino, todo quede en una anecdota y se le pase.
    Buen Camino.

  3. Hola.
    Pues mi compañero de camino ( camino que hicimos en bici desde Somport) y yo , el problema que tuvimos en Ponferrada fue con una señora del albergue.
    Cometimos el error de ponernos a desayunar en el comedor fuera de la hora permitida, cosa que desconocíamos (aunque tampoco es que fuesen las 12 del mediodía). Pues bien, apenas nos habíamos sentado cuando la buena señora nos echó a la calle gritando como una energúmena que “ellos estaban allí trabajando” y que les estábamos molestando. Nosotros no abrímos la boca pues no hubo ocasión, posiblemente la señora tenía razón, y simplemente abandonamos el albergue, pero la sensación que te deja en el cuerpo que te traten a gritos nada más levantarte de la cama es muy desagradable . Las cosas se pueden decir de otra manera sin necesidad de tratar a la gente como si fuesemos escoria. Aún así, tengo que decir que el albergue de Ponferrada es uno de los mejores en los que he estado. Quizás esta señora tan solo tenía un mal dia….

  4. Bueno… no tengo mucho que decir a esto, de hecho ni he leido todos los comentarios, pero se a quien os referis con “el peregrino grosero de Ponferrada”. Yo he estado una semana de hospitalera en ese albergue y he estado conviviendo con él, y puedo decir que al principio me parecia borde, pero os puedo decir que si ese hombre no estuviera encargado del albergue todo seria muy diferente, porque su vida es el albergue. Y como dicen por ahi, no es un hospitalero, es el encargado del albergue de Ponferrada.
    Es una persona con su corazón, y que aunque pueda ser fanfarrón tiene un corazón enorme, y da todo por ese albergue, cosa que muchos no serian capaces. Cuando hablemos tambien deberiamos pensar como es esa persona, no juzgar sin saber porque un dia se hable con el o se tenga un encontronazo.
    Él se emocionó cuando tuvimos que dejar el albergue, el nos trataba como sabia, el nos ayudaba y siempre está ahi. Es una buena persona

  5. Hola: Yo he estado varias veces en el albergue de Ponferrada y sé de lo que habláis. Creo que todos tenéis un poco de razón pero un poco más los que dicen que el alberguero es un maleducado . Ese señor no es hospitalero. Es el alberguero. No hay que confundir. Los hospìtaleros que allí van son personas que dan quince días de su vida a cambio de nada. Repito, de NADA. Pero no se quejan porque ya saben a lo que van. Son voluntarios y hacen que el Camino sea más llevadero para todos: los que empiezan, los que siguen y los que allí terminan. Ni miran las botas si van sucias de polvo o si son de estreno, ni juzgan a nadie. Desde el momento que alguien entra por la puerta del albergue y pide cama se la dan, pues para ellos, es un Peregrino.
    Ese alberguero tiene un carácter muy difícil y , a pesar de sus virtudes, que las tiene, es capaz de echar por tierra toda la labor de acogida hecha durante un día entero por los hospitaleros. Y esto, da rabia. Creo sinceramente, que no es la persona más adecuada para estar allí. Tal vez en otro lugar, pero allí no.
    Así que no confundáis churras con merinas. Hospitalero es una cosa y alberguero otra bien distinta.

  6. es largo esta protecta uffffffffffffffff yo estuve un dia y me encanto pero tal vez hay gente diferente en estos caminos suele pasar de todo a mi me atendieron muy bien me marche encantado y con el corazon lleno de felicicdad de haberme tomado en sus manos ese albergue otro año acudire a el pero por favor si alguien no le gusta el lugar q hay mas sitios por descubrir no os enfadeis en este mundo estamos de paso la vida es un caminar continuo buen camino peregrinoss

  7. Hola soy hospitalero ahora voy el día 1 de Noviembre a Ponferrada estaré hasta el día 15 del mismo mes y os aseguro que para estar, entrar, salir, solicitar, pedir algo
    en el albergue no hay que tratar para nada con el Sr. Evaristo o el coco como le llaman algunos para eso estamos los hospitaleros para atender en todo a los peregrinos que tienen a bien parar en este albergue o en cualquier otro del camino
    entiendo que la persona que llega desea ser atendida lo mejor posible y siempre con educación pero también gusta que eso sea correspondido por parte del peregrino ya que no siempre es así, cuando un peregrino llega al albergue hablemos de Ponferrada cuando entra se le marcan las normas la cuales son pocas
    pero imprescindibles para que tengamos un poco de orden (todos los peregrinos sin
    ninguna excepción están de acuerdo cuando entra pero a algunos se les olvidan una vez dentro) las mas usuales son la de acostarse o silencio a las 22’30 H. y la de abandonar el interior del albergue (depende de la época) pongamos a las 8’00 H
    siempre hay alguien que si le llamas la atención aunque sea por las buenas se molesta con contestaciones digamos (no estamos en la mili, ya me voy y no se va etc.)
    Yo cumplo lo mejor que se como hospitalero dedicando mi tiempo de forma altruista
    y claro lo que no me gusta es que me falten al respeto y menos que se cachondeen de mi, porque hay muchos peregrinos que para ellos el camino es como un juego y todo se lo toman a risa y si hay que reír se ríe pero todo tiene que tener un limite….

  8. Yo también fui grosero

    No he sido hospitalero, ni laberguero, pero he ido a acompañar algunos días a amigos que estaban de hospitaleros en Roncesvalles, Grañón, Mansilla, Reliegos, Astorga y otros.
    Yo no distingo entre hospitaleros y albergueros, si no entre actitudes de quien atiendo quien “sufre al peregrino descortés”.
    Creo saber a que supuesto señor grosero de Ponferrada se refieron los mensajes anteriores, un hombre llano y noblote, que puede tener un tono rudo (por teléfono y sin ver las caras, aún puede parecer “más bronco”), que pese al supuesto tono de enfado que parezcan deducir algunos en él, es todo paciencia y entrega, pero es muy fácil juzgar sin ser un poco más observador. Yo también “sufrí” las supuestas groserías de este señor y se las perdono, porque no fueron tales, simplemente propias de su tono y forma de expresarse (para nada hiriente u ofensivo, tono campechano). Sus supuestas grpserías hacia nosotros, fueron una llamada de atención porque nos apelotonamos los amigos en la puerta, decidiendo si salíamos y esperando al resto, y es cuando este hombre nos llamó la atención con su tono por estar allí en medio estorbando al resto, y sin dejarle pasar a ellos (hospitaleros y alberguero, que iban con barreños de ropa sucia). Eso ocurría a la vez que un peregrino se le estaba quejando por lo mal que sabía el café que había sacado de la máquina, otras dos chicas le insistían sobre la urgencia en lavar su ropa en la lavadora (la ropa la lava este hombre “por turnos”, en cada lavadora el lote de un grupo, porque creo que hay una sola lavadora), y otros peregrinos franceses no dejaban de preguntarle sobre cacharros que necesitaban para cocinar y que no había.
    Yo en una situación así hubiese tenido peor tono y menos paciencia.
    A este señor al que llaman grosero, le he visto varias veces en mi paso por ese albergue, la última vez en mayo-2013 y el hombre, al que juzgaís con tanta severidad, es el mismo al que he visto ayudar a vendarse a un peregrino maduro que iba solo, o ponerse a remendar la correa rota de la mochila de una chica, preparar agua con limón para dos amigas que tenían gastroenteritis, ir a la litera a ver como estaba uno de “los míos” que iba con fiebre, o aguantar hasta las 4-5 de la madrugada poniendo lavadoras y secadoras con nuestra ropa (la última vez en mayo-2013, donde a las 23 horas aún faltaban 10 barreños de ropa, o sea 10 lavadoras, por lavar y ahí seguía el hombre despierto a las 6 de la mañana, aunque no podamos asegurar si dormió algo o no, que presumimos que no y que dormía ya por la mañana. Estas actitudes no deben ser muy propias de un supuesto gresero, pero allá cada cual con sus juicios gratuitos.
    La señora Pereira o Peral, se sintió ofendida porque tuviese que dormir la primera noche en un hostal y le pareció grosero este hombre, aunque no sabemos nada de como debió ser esa charla, la duración de la conversación y posible estress del “grosero” en ese momento (estress muy propio de cualquier hospitalero al que todos los peregrinos nos amontonamos para que nos atienda los primeros y bien atendidos).
    Este “demérito” por tener que dormir en un hostal, es algo que hubiese deseado yo en muchos momentos, donde no he tenido ni hostal en que poder pernoctar, cuando en alguno de mis Caminos he llegado a un lugar donde estaba todo repleto, incluyendo hostales, casas rurales y demás, y hemos tenido que dormir en el campo bajo unos árboles, en el pórtico de una iglesia, en una nave vieja donde guardaban un tractor, en el porche de un ayuntamiento, en el suelo de una casa en construcción o bajo el toldo de un puesto de frutas. Y encima, agradecido de que en todos esos lugares nos dejases, al menos, ducharnos en el albergue y hasta dejar en él las mochilas hasta la hora de acostarnos. Por eso ¡ojala hubiese yo encontrado un hostal donde poder quedarme cuando no había plaza en el albergue!.
    Disiento con el que dice que las 210 plazas del albergue de Ponferrada (si es que son esas), no se llenan en el mes de abril. En la última década y por el número creciente de peregrinos, ya en el mes de abril está tan masificado el Camino, que se llenan los albergues. se suelen llenar los albergues. A poco que conozcais el Camino, sabéis que la mayoría de los peregrinos (los “principiantes” especialmente), suelen pernoctar en albergues de poblaciones más grandes, o donde “las guías dicen que es final de etapa”, o en los nombres que les suenan o que ya traen planificado desde casa. Así se da la paradoja de que los albergues grandes se llenan, y albergues de pueblos intermedios quedan con plazas libres. En el mes de mayo de 2013, he encontrado repletos los albergues y hemos dormido en otros establecimientos en Viana. Estella, Villafranca de Montes de Oca, Fromista, Astorga y Palas de Rey, aunque en Ponferrada encontramos plaza, pero quedaron sin plaza otros caminantes y ciclistas que llegaron después de nosotros. Nos guste o no, el Camino está muy masificado y estas circunstancias ocurren de primavera a otoño.
    Y decía al inicio que yo también debo haber pasado por grosero o descortés en mi papel puntual de “ayudante de hospitalero”. Ante todo, hay que decir el aguante y sobredosis de paciencia que hay que tener para esos menesteres. Qu cada día te vayas a la cama después de las 0,00 horas, te levantes antes de las 6 (cuando puedes dormir esas horas, porque hay muchas noches con “incidencias varias” que requieren que te levantes), que cuando ya se han ido todos los peregrinos (hasta las 9 de la mañana muchas veces), empiezas a limpiar y una hora o dos después, ya están allí los pirmeros que llegan a alojarse y exigiendo poder intalarse ya, usar las duchas, a veces con muy mal tono por su parte. Y lo que es peor, ver que entre estos “prematuros” abundan los que vienen a hacer turismo con etapas de 10 km. diarios, para tener la mañana libre para recorrer la villa, comer con tranquilidad, tener su siesta, buscar piscinas donde pasar la tarde, etc. Entre estos pñeregrinos “prematuros” de cada mañana, suelen venir además los que alegan supuestos males o lesiones (aunque luego los ves muy ágiles el resto de la jornada), los que traen las botitas muy limpias en un dia lluvioso, los que aparecen unos quince minutos después de que haya llegado al pueblo algún autobús local, o similares.
    La jornada restante del hospitalero requiere de mucho mucho mucho aguante, atendiendo los requerimientos de todo el mundo e intentando entenderte en idiomas que no controlas. Nadie viene a felicitarte o agradecerte nada, solo los que se quejan por querer cambiar de cama, los que se quejan de que el agua solo salía caliente para los primeros que se ducharon, son que te piden manta y la miran luego con asco, los que ponen mala cara cuando les dices que dejen las botas llenas de barro en el pasillo (aunque en cuanto te des la vueltam se lleven las botas junto a su cama), los que te encharcan el baño por su dejadez, los que van chorreando por los pasillos con ropa poco escurrida, los que con las chanclas de la ducha empapam esos mismos pasillos y habitaciones, los que desenchufan lo que tengamos enchufado con tal de cargar sus móviles y demás aparatejos, los que vienen a exigirte pinzas para la ropa, los que te echan en cara lo de “para eso te pagamos”, los que disponen del albergue como si fuese suyo (cogiendo mantas, cambiando almohadas y colchones, cogiendo los cubos de fregar para lavar su ropa, llevándose los rollos de papel higiénico, a veces “llevándose a la mochila” cualquier cosa que vean por la cocina o la mesa del hospitalero). Luego están “las otras trampas” de querer “acaparar” más camas para otros amigos que llegarán más tarde, los que “se reservan camas para otros que ni han caminado”, etc. Lo dicho, nadie viene a apoyarte, poquitos a agradecerte, pñero exigencias y quejas, todas, además de recelo generalizado como si fueses un ogro o un policía, al que tienen que evitar o actuar a sus espaldas.
    Decía antes que habré pasado por grosero y descortés, porque con los caraduras y los exigentes, si encima insisten y se “hacen notar” reiteradamente, he tenido pocas contemplaciones y les he dicho lo que les he tenido que decir y cuando se lo he tenido que decir, porque somos voluntarios, pero no tontos y los abusos, las faltas de respecto, las gamberradas, la brabuconería y el sirvengonzoneo, nos hace saltar las alarmas, como no podía ser de otra manera.
    Y yendo al “capítulo de las llamadas telefónicas”, es otro aspecto donde hay que armarse de paciencia para contestar a diario a los que lleman porque se han dejado cualquier cosa en el albergue (a veces un pañuelo en el tendedero, un cepillo de dientes, una camiseta, un cargador de móvil, unas gafas de sol, la credencial, un bronceador, una cantimplora… todo esto son casos reales), te hacen rebuscar por donde dicen que lo dejaron y te apremian para que se lo hagas llegar al siguiente albergue donde se quedarán. A veces no encuentras nada de lo que dicen, les vuelves a llamar con tu móvil y te encuentras con el “me había equivocado, si lo llevo en la mochila”. Luego están las llamadas para que “inspecciones las hojas de registro”, los que lleman preguntando si fulanito o menganita se quedó allí ese día o unos cuantos días antes, si alguien llamado “Andy” de Italia se quedó allí esa noche, si un tal Denis que debió quedarse allí iba o no acompañado de una española, padres que te llaman desde casa preguntando por hijos que han dicho que se quedaron allí, novios-novias-maridos-esposas que llaman desde casa para saber con quien iba su conyuge. las llamadas cotidianas con las excusas más diversas para que les guardes cama. Cada día están también las llamadas “turísticas”, para que les cuentes lo que hay que ver en la localidad, los bares y restaurantes, los horarios de lo que sea, los comercios y horas de cierre, los que preguntan por el estado y equipamiento del albergue, los que preguntan si es de pago o donativo, si hay desayuno o cena “del albergue”, si hay lavadora y hasta los que quieren saber si hay fiestas cercanas, si les vas a dejar llegar más tarde por ver el futbol, el festival de Eurovisión o el programa que sea.
    Y por último, las llamadas de gentes que aún no están ni en el Camino (y no digo yo que la llamada de la Sra. Pereira fuese exactamente de estas), los que piden información porque piensan hacer el Camino, los que te interrogan sobre el albergue, los que quieren saber mucho sobre distancias y kilómetros, y llamadas , a veces demasiado largas, donde por la buena disposición que ven en tí, lo que prentenden es que les planifiques el Camino, que cuando la llamada pasa de los 10-15-20 minutos, ya te van impacientando demasiado, sobre todo cuando el interlocutor te hace repetir lo mismo varias veces, preguntar y volver a preguntar sobre algo que ya le has dicho, discutir porque no tenemos tal o cual cosa en el albergue, o prque no tenemos tal o cual medicamento en el albergue, o debatir sobre aspectos del Camino, los albergues, la Iglesia, etc. Señores ¿de verdad creen ustedes que alguna de estas llamadas no nos hacen perder la paciencia y entrar en la descortesía, cuando no en la grosería?. Y más cuando en muchas llamadas de estas nos llegan adjetivos como sinvergüenzas, ineptos, incultos, vividores, vagos, sucios, tercos, imbáciles, etc. (casos reales todos estos).
    Entono el mea culpa como grosero, maleducado, o descortés en varias ocasiones de estas, donde se alargaron las llamadas con los requerimientos más dispares. Un señor de Jaen iba a venir haciendo el Camino con su mujer, y su hija iba a venir con el coche, y además de preguntar de todo lo habido y por haber, quería garantizar cama para la hija, que le buscásemos alguien del pueblo para guardar el coche y que le dijesemos nombres y teléfonos de bares en esas dos etapas cercanas, donde poder parar durante el día y que fuesen fáciles para llegar su hija con el coche. Dos chicos catalanes iban a empezar el Camino en Astorga y se juntarían ahí con una chicas que conocían del Erasmus, pero ellas ya estaban en el Camino y se querían quedar varios días en el albergue, hasta que llegasen los catalanes. Se sintieron ofendidos y rechazados cuando les proporcionamos el teléfono de un albergue particular y después de un buen rato hablando con mal tono, nos llegaron los insultos. Colgamos la llamada y contraatacaron con más insultos en nuevas llamadas y amenazas de que nos iban a denunciar no se donde y desacreditar por todo internet. Un señor me llamó desde Gualajara me tuvo al teléfono media hora por lo menos, que estaba preparando un Camino “muy metódico”, recalcándole distancias que había entre pueblo y pueblo, si iban a estar abiertos los bares cuando él pasase o día que descansaban, el tiempo que tardaríaa su paso en recorrer de un pueblo a otro, si había fuentes, relatando lo que había metido ya en la mochila y preguntando cosa por cosa, otros artículos que debía llevar (consulta habitual entre muchos otros que llaman a los albergues cuando van a hacer el Camino). Una chica murciana quería que le consultase en los bares de la comarca para ver si le podían preparar comida vegetariana y macrobiótica, o que que gestionase con gentes de esos pueblos que le dejasen cocinar a ella en sus casas, a la vez, quería saber zonas de hierba “no cultivada” para meditar. Un militar quería que le hici´semos gestiones en los cuarteles de la Guardia Civil de la zona, para poderse quedar a hacer noche y si en los coches patrulla les iban a poder recoger por la tarde, o llevar sus mochilas, y me cayeron los más diversos calificativos por no querer hacerle esas gestiones y remitirle a que llamase él mismo a los cuarteles. A una pareja de manchegos teníamos casi que organizarle las etapas, darle etapas alternativas por si uno no iba bien, si teníamos coche para salir a buscarles por si llovía, que le dijésemos si iba a haber mantas en todos los sitios para no traerse sacos, etc. Un grupo coral de Lérida, unos 14-15, querían que les cerrásemos el albergue “para ellos solos” la noche que iban a pasar por “nuestro albergue”, y al teléfono se nos pusieron no se cuantos miembros y cargos municipales para coaccionarnos, para decirnos que la diputación de no se donde y el consejero de no se cual no iba a mandar una circular y acabaron con una buena lista de insultos y amenazas.
    Luego están los “usted no sabe con quien está hablando”, “te jodes y me escuchas y haces tal o cual, porque para eso estáis”, “estás obligado a hacerme lo que sea o te mando a la policía”, etc.
    Llamadas como la de la Sra. Pereira “reservando” cama (o habitación “para ellos solos” a veces), porque van a empezar el Camino ahí, son bastantes frecuentes y lo habitual es que lop entiendan cuando explicas que no se pueden reservar camas, que razonen y aunque se queden un poco chafados a veces, lo acepten con normalidad. El problema es que algunos no lo aceptan, se enzarzan en discusiones, empiezan a levantar la voz y exigirte “sus derechos”, te descalifican con todo tipo de improperios o te dicen que quieren hablar con tu superior. Mejor no extenderme más con más detalles, que los hay por docenas.
    En fin, que el teléfono es lo peor que nos ha podido pasar a los albergues.
    Y con todo esto y ante estas situaciones que se dan, si alguno es capaz de aguantarse día tras día, sin que llegues a caer en la grosería o los comentarios descorteses, que se vaya tres o cuatro días a echar una mano en cualquier albergue.

    1. Me ha encantado tu relato. Lo acabo de leer hoy 7 de febrero de 2020. Voy a colaborar de hospitalero voluntario en el próximo mes de mayo por primera vez, y la verdad que aunque no tengo ninguna experiencia posterior, esto me ha servido para reflexionar y situarme en una realidad a la que me voy a “enfrentar”. Voy a copiar tu escrito, con permiso, y lo llevaré como una posible hoja de ruta de un hospitalero voluntario. Un saludo. Enrique

  9. Horrible experiencia en el albergue parroquial de ponferrada.
    Tube que salir corriendo de alli con lagrimas en mis ojos junto a mi perra.
    Fue algo indescriptible.
    No se lo recomiendo a nadie.

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