La teoría (social) del todo

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Crearquía Transconsultora

 Teoría social del todo Los problemas y conflictos sociales parecieran operar en la actualidad bajo el imperativo de la puerta giratoria: tan pronto como uno deja de estar en la primera plana, otro llega. La delincuencia, la violencia doméstica, la proliferación de madres adolescentes, los suicidios, asesinatos en masa y hasta la obesidad como parte de la agenda social forman hoy el repertorio noticioso de la cotidianeidad. En general, estos problemas se consideran totalmente independientes entre sí. Los gobiernos implementan iniciativas para unos u otros temas, aquí, allá y en todas partes, construyen hospitales, centros asistenciales, dan más dinero a la policía y emplazan nuevas prisiones, realizan campañas mediáticas, etc.; y sin embargo, poca es la esperanza real que se tiene de que estos problemas, que atañen a la sociedad toda, se solucionen.

Según Richard Wilkinson y su colaboradora Kate Pickett, existe una teoría que explicaría todo lo que sucede en el universo de lo social: La teoría del todo, en versión social.
Acaban de publicar el libro en colaboración: The Spirit Level en el que afirman que casi todos los problemas sociales comunes en las sociedades de hoy desde la mortalidad infantil, las drogas, la delincuencia, las crecientes tasas de homicidio, las enfermedades mentales y, hasta, la obesidad, tienen una sola causa fundamental: la DESIGUALDAD.

Según afirman, todos perdemos frente a la desigualdad ya que no sólo los niveles absolutos de pobreza dan lugar a la gestación de gravísimos problemas sociales, sino también los diferenciales de ingresos existentes.

Basándose en más de treinta años de investigación, Wilkinson y Pickett demuestran que las sociedades más desiguales son malas para casi todos quienes las habitan ya sean sus ricos o pobres. Según fundamentan, casi todos los problemas sociales y ambientales modernos, como la mala salud, la falta de la vida en comunidad, la violencia, las drogas, el bajo rendimiento escolar, el estado de creciente ansiedad, la creciente tasa de suicidios y asesinatos, la obesidad, las enfermedades mentales, las largas horas de trabajo, la población carcelaria en crecimiento, etc., tienen una mayor probabilidad de prevalencia en las sociedades más desiguales. Pareciera ser una conclusión poco novedosa y auto-evidente. Sin embargo, lo elocuente es que todos sus análisis se fundamentan en un notable trabajo de contraste estadístico sobre los vínculos establecidos, a partir de los cuales, la desigualdad pareciera ser el factor explicativo de todos ellos.

La desigualdad es la causa fundamental de todos los males de las sociedades de hoy. No importa si el nivel de ingresos promedio del país es muy bajo o alto; es la brecha entre las diferencias lo que resulta relevante a la hora de encontrar las causas de tantos problemas sociales. Según afirman Pickett y Wilkinson, la desigualdad es una enfermedad que corroe la igualdad de oportunidades, algo que tiene un impacto directo sobre toda la sociedad. El tema de la desigualdad hoy no es una cuestión de moralidad o ética ciudadana, sino que es necesario promover mayores niveles de igualdad por razones netamente funcionales. Si el egoísmo y la codicia crean desigualdad entonces la solución no está en más de lo mismo. Debe cambiar el paradigma a partir del cual se realizan las políticas. La política del acomodo y el chorreo ya no funcionan.

The Spirit Level se basa en más de cinco años de trabajo conjunto realizado a partir de la recopilación de numerosos datos provenientes del Banco Mundial con los cuales encontraron una notable correlación entre la desigualdad y los problemas sociales del mundo actual. ¿Por qué es que la desigualdad de las sociedades causa tanto daño? Wilkinson cree que la respuesta está en los efectos que producen las jerarquías psico-sociales y el estatus diferenciado. Cuanto mayor es el diferencial entre los niveles de ingreso, mayor es la importancia que se le asigna a lo material, contribuyendo a generar una creciente tentación consumista, que produce un estado de ansiedad que es socialmente corrosivo y que termina siendo expresado en forma de delincuencia, mala salud, desordenes psíquicos y desconfianza generalizada.

Foto tomada de Flickr, realizda por Ben Heine

Según los autores, los vínculos y las correlaciones son tan fuertes que Wilikinson y Pickett casi no podían creer que nadie las había detectado antes. El problema, creo yo, es que las sociedades, como alguna vez lo afirmó Gregory Bateson, no ven lo que no quieren ver. Más aún, cuando son las élites privilegiadas quienes tienen a cargo la labor de formular las políticas que promuevan el bienestar general. Para contrastar sus test de hipótesis incluso llegaron a estudiar las posibilidades inversas, esto es, que las relaciones sean las opuestas. Es decir, se preguntaron si los problemas sociales eran los causantes de la desigualdad.

Wilkinson se siente como un académico que ha cumplido una labor fundamental al poner luz sobre los problemas sociales e identificar sus causas explicativas ahora, según lo afirma en una nota recientemente publicada en The Guardian, dependerá de los activistas y los políticos la posibilidad de trabajar (con seriedad) en las soluciones. Para Pickett es necesario que haya un cambio de visión total. Según ella, la reducción de la desigualdad se debe inscribir en la agenda ambiental con miras a beneficiar al mundo en desarrollo. El mundo está harto de la avaricia corporativa y la cultura de bonificación jerárquica, que han causado la actual crisis financiera, de modo que si hasta ahora, los gobiernos no tuvieron la buena voluntad de representar a sus electorados, el momento de cambiar y actuar a favor del cambio es definitivamente: ahora.

Wilkinson afirma de manera contundente que si fueron los ricos quienes causaron el tremendo daño que supone esta atroz crisis, son ellos quienes deben pagar por mitigarla. Para él, la difusión del desparpajo de los ricos y famosos, recordando, por ejemplo, el caso de Paris Hilton, es un síntoma del mal funcionamiento que hoy tiene la sociedad jerárquica.

Las grandes desigualdades de ingresos tienen impactos corrosivos y divisivos en la sociedad. Todos sabemos que en el mundo de hoy los pobres tienen vidas más cortas y sufren más de casi todos los problemas sociales. The Spirit Level, no sólo proporciona una clave para el diagnóstico de estos males actuales, que se resumen en decir que la desigualdad es la mayor de las injusticias: la injusticia distributiva, sino que nos dice cómo modificar el equilibrio entre los intereses propios que promueven el consumismo a ultranza y la colaboración en comunidad y ofrece un nuevo enfoque que promueva la mejora de la calidad real de la vida, no sólo para los pobres, sino para todo el mundo.

Como complemento les dejo algunos interesantes gráficos que el libro considera:

Correlación fuerte entre desigualdad, salud y problemas sociales:

Correlación casi nula entre nivel de ingreso con salud y problemas sociales:

Desigualdad y problemática social a nivel del bienestar de la niñez:

Desigualdad y salud mental:

Desigualdad y obsesidad:

Desigualdad y confianza (cohesión social):

Desigualdad y embarazos adolescentes:

Desigualdad y violencia:

Foto extraida de Flickr, realizada por Art Es Anna

Fuente: Artículo escrito a partir de un artículo publicado en The Guardian. Los gráficos fueron tomados de Cognition and Culture.

Crearquía Transconsultora

12 comentarios en “La teoría (social) del todo

  1. Hector Rubini

    A ver… desigualdad…
    Resolver la desigualdad… emparejar ingresos a la Bentham? con un criterio algo menos «absolutista» digamos a la Kaldor Hicks? sólo pensando en los que estan en el último decil (digamos, a la Rawls? o … eliminar desigualdad de oportunidades, a la Romer? por qué mecanismo? lo pone un Estado… ¿quien asegura corrupción cero? o … redistribucion a cambio de favores privados… inclusive sexuales y de menores de edad, como se observa en Argentina (y esto no empezó hoy)… No es facil darlo vuelta, menos con presidentes que en vez de resolverlo se hacen los «expertos» y se dedican a puestas en escena publicitarias con aires de sabelotodo, o peor aún: SON ricos, y quieren que se redistribuya el dinero de LOS DEMAS ricos y gente de clase media (o sea… nivelar para abajo) sin mejorar ni la salud ni la educacion ni las instituciones…. Complicado el tema…

  2. Federico

    Resolver la desigualdad a la Marx: la raíz «total» de la desigualdad es la explotación del hombre por el hombre producto de la contradicción entre capital y trabajo, que nunca estará resuelta mientras no superemos el modo de producción capitalista… Que agoniza una vez más..

    Saludos desde la patagonia argentina, Andrés!

  3. Yo empezaría descentralizando el poder a nivel político. Ese es el primer origen de la desigualdad, la primera pirámide de la injusticia. Los políticos saben que es posible descentralizar mucho más y también saben que en los niveles locales, comunales, o municipales, la reputación pesa mucho más, que es lo que a ellos les falta… el juego político se equilibria en ese nivel y la posibilidad de que fluyan dirigentes con ideas nuevas es más probable.

    El control de gestión ciudadano sólo puede lograrse con la descentralización. Ademas, hoy existen herramientas tecnológicas que permiten gestionar mucho mas aplanadamente sin perder las posibilidades de coordinación a global. De eso se trata la glocalización… Existen por ejemplo empresas multinacionales que operan de esa manera, particularmente en las industrias de conocimiento. Acaso gobernar no es gestionar conocimiento… bueno mi propuesta inicial entonces es descentralizar. Luego seguimos debatiendo sobre como disminuir la desigualdad. En mi caso empiezo a pensar en Oscar Lange….

    un abrazo
    Andres

  4. Hector Rubini

    El problema es el de definir las líneas del juego. una es la de la propiedad y su control, como resume el amigo Federico con lógica Marx-Nash. Otro problema es la nueva forma de explotación actual copiada de los regímenes nazi y fascista, adoptados por George Bush: apoderase del Estado con un grupo empresario para controlar todo el EStado y toda la economía para provecho propio. El instrumento es el de ocupar espacios políticos para hacerse de dinero público, y silenciar toda oposición apelando a la desmovilización política (no sólo física como gusta a muchos partidos «chicos») sino a la desmovilización ideológica. Eso supone priorizar la supervivencia como parásito a costa de los demás, manteniendo algunos límites institucionales para no poner en riesgo la inmunidad judicial ni el uso del presupuesto, sino también para revertir cambios heredados del pasado que suponían estar orientados a mejorar la situación de las clases media y la más pobre. Creo que estamos en un proceso de cambio hacia experimentos de corporativismo autoritario a la Bush, a la Putin, que están a mitad de camino. Esto se sostiene con quitar educación al gran público y engrupirlo con propaganda vacua mediática . Creo que hoy es algo ingenuo pensar en que el pueblo es realmente soberano. Si efectivamente no lo es, no hay forma material para hacer valer sus derechos a usar el poder y los recursos del presupuesto público para reparar las desigualdades del capitalismo. Creo que también habría que replantarse por uno mismo qué cosa estamos dispuestos a tolerar. Ciertamente en una corriente general hacia un nuevo totalitarismo del trío partidocracia-empresariado-medios, se dificulta reparar desigualdades. Creo que no sólo se está profundizando la desigualdad, sino también la sustitución de la democracia representativa por una democracia «dirigida». Dejo esta reflexión del profesor Sheldon Wolin a la cual no creo que toda sociedad tiene una respuesta clara y definida: » … si estamos dispuestos a entregar nuestros derechos naturales a cambio de un plato de lentejas».

  5. Hector Rubini

    si no se discuten los tantos sin coerciones superiores hay esperanza. Si no… acordate de lo que hicieron Menem y Cavallo: «descentralizaron» el gasto en salud y educación a las provincias, pero no los recursos…. Los resultados están a la vista…

  6. Ojo, cuando hablo de descentralización, me refiero a descentralizar las lucas. Todo proceso de descentralización no lo es más que del presupuesto… el resto viene por añadidura…

    Hecho esto, es posible que a través de herramientas como la web se pueda promover (sólo a nivel local) la gestación de mecanismos participativos/informativos. Asignar presupuestos extraordinarios a las prioridades que de alli emanan, crear una inteligencia colectiva de gestion participativa a través de tales herramientas. Eso es lo que hacen hoy cientos de empresas que ya no trabajan para los consumidores sino que gestionan con los prosumidores…. suena utópico pero en el sector privado está sucediendo… Cuando Google creo el page rank (anecdota: recuerdo que vos Hector fuiste la primera persona que me lo mostro en 1999), no creo un algoritmo exitoso a nivel empresarial, creo un nuevo paradigma de organización… lo que hay que hacer es llevar la filosofia del page rank a la gestion de las cosas… es posible pues está sucediendo…
    un abrazo
    Andres
    un abrazo
    Andres

  7. Te sigo leyendo en silencio, porque en general no puedo agregar nada.
    Solamente quiero rescatar el cambio de paradigma, empezar por ahi ya es mucho, plantear que hay otras posibilidades, otras soluciones diferentes a las que se siguen implementando y que no funcionan. Gracias por eso Andrés!

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