A propósito de la “Ley Sinde” lo que más he leído, en la cantidad de artículos de opinión que han escrito los “creadores” (músicos, artistas, escritores, cineastas, etc.), es que el problema es “la cultura del gratis total que impera entre los internautas”. Parece como si ellos no fueran internautas y nosotros tampoco fuéramos creadores. Y siempre utilizan el mismo argumento “¿Por qué negarse a pagar el precio de un libro o de una canción y, sin embargo, pagar sin rechistar el precio del pan, del vestido o de la hipoteca?”. Desde Simancas hasta Bardem. A mí ya me cansa este argumento por muchas razones pero ahora ya simplemente por estúpido, simplista y tonto.
La cultura de lo gratis la hemos generado entre TODOS y eso incluye también a los “creadores”. En cada una de nuestras acciones.
- Cuando un músico lee un periódico en Internet en lugar de comprar el ejemplar en un quiosco.
- Cuando un escritor compra sus billetes y hace una reserva de hotel para asistir a una feria a través de Internet en lugar de ir a una agencia de viajes.
- Cuando una productora de cine o tv sube videos a Youtube y organiza una campaña para que se compartan por la Red en lugar de utilizar un servicio de pago.
- Cuando una revista sube todos o casi todos sus contenidos a la red en lugar de cobrar por leerlos.
- Cuando un autor usa GoogleDocs en lugar de comprarse una licencia de Microsoft Office.
Así es como, entre todos, hemos creado este “monstruo” del todo gratis. Los que apoyáis la Ley Sinde y los que no. Y resulta irónico que el contenido en Internet sea gratis. Sin contenido no haría falta Google para ordenarlo, ni una conexión para tener acceso a él, ni un dispositivo para leerlo. Sin embargo todo el mundo paga por el dispositivo y la conexión y no por el contenido. Triste, sí. Raro, también. Pero así son las cosas.
¿Tiene solución todo esto? A corto plazo lo veo difícil. Es difícil mientras haya gente dispuesta a compartir su conocimiento o sus creaciones. Es difícil mientras exista Google que nos regala sus aplicaciones. Quizás si nos pusiéramos todos de acuerdo para cobrar por cada cosa que compartimos, cosa altamente improbable, algo cambiaría. Y será difícil mientras sigamos complicándole la vida a la gente que sí está dispuesta a pagar por los contenidos manteniendo, entre otras cosas, las ventanas de emisión/edición y poniendo unos precios que no se corresponden con lo que el mercado está dispuesto a pagar.
Así que en lugar de quejarnos porque la gente no paga, lo que hay que hacer es tratar de encontrar el modelo de rentabilizar aquello que la gente, por lo visto, no quiere pagar. Vía publicidad, pago por ver/leer o como sea. Un editor deja aquí su visión ante las descargas ilegales y la Ley Sinde. Me gustó como nos explica su experiencia y cómo está tratando de encontrar el modelo justo. Porque está es otra, me parece a mi que no hay un modelo bueno para todos. Cada uno tiene que encontrar el suyo. Resulta curioso que los músicos se quejen cuando reciben ingresos por publicidad y por conciertos. Deberían pensar que otros no tienen ni siquiera esa oportunidad.
Lo que está claro es que este es un problema nuevo, en un entorno nuevo y no vale aplicar las soluciones viejas.
¡Os deseo a todos un Feliz 2011 lleno de éxitos personales y profesionales!
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La cultura de lo gratis, ha existido siempre: podías comprar las revistas para saber de cotilleos, pero bastaba con ir al mercado a enterarte de lo mismo (por cierto, pagabas el bus para ir a él tal y como ahora pagamos por la conexión). El problema es que ese mercado ahora es global.
Es que básicamente se trata de ver la forma en la que tú producto puede ser consumido, y cómo sacar un beneficio de ello.
Si la gente está dispuesta a pagar 10€/mes a Megaupload por ver en mala calidad y con publicidad series… ¿dónde está la versión en HD y con buena calidad? Ah, no que eso no lo ofrecemos…
jaja.. muy bueno Jesús, aún no lo ofrecen.
El otro día leía algo que me gustó. Era algo así: en un «newspaper» la gente no paga por la «news», paga por el «paper». Para reflexionar.
Gracias por pasarte por aquí y por el comentario
Hola David
Entiendo que los editores estén muy preocupados con lo que está pasando, y deberían intentar estudiar el fracaso de la industria musical para no replicar los mismos errores
Vienen tiempo apasionantes con nuevos modelos de negocio, pero hay algo que a mi me preocupa, los editores no han captado aun que el negocio no esta en la venta del libro en si, sino más bien en los servicios de valor añadido que puedes vender a un subgrupo pequeño de «fans» (quizás el 1% de los lectores). Prince regala sus discos pero se «forra» haciendo conciertos.
Pues debería ser lo mismo con los libros. Donde están los encuentros con los escritores, el Backstage de como se genero el libro, talleres con el autor. Nada, no se hace nada, y es muy triste. Lo que se vende en Internet son eventos/actos, no tanto productos (es + bien un teaser)
Si te limitas a la posición de un intermediario sin aportar valor, o te unes al movimiento cuanto antes (editor 100% digital con todo lo que implica para tu modelo de negocio) o acabarás en el cementerio de los negocios offline que no supieron adaptarse al cambio de canal de distribución
Luego creo que el tema del todo gratis es un mito que convendría dejar de propagar cuanto antes. Si quieres vender contenidos en Internet, se puede. y funciona. Pásate por mi blog para ver un ejemplo de como hacerlo.
El error que TODOS comenten, es de contar con la publicidad para monetizar un contenido, ya que en el 99% de los casos, la falta de tráfico en el blog/web no permitirá al autor generar suficiente ingresos para rentabilizar su inversión en tiempo.
Hay soluciones validas hoy, pero no para vender los libros como se vendían antes. En esto coincidimos ambos.
Felices fiestas!
Hola,
Muy buena reflexión, a mi me gustaría también añadir 2 cosas:
1. Las empresas siempre han jugado con el pirateo. Por ejemplo permitiendo a los que no podían pagar un software que lo tuvieran pirata(Mirando para otro lado) para luego cobrarlo clarísimo a los que si podían pagarlo.
2. Esto es una crisis de modelo de negocio, deberán encontrar el suyo(Esperemos que no a base de cánones).
Yo me dedico a desarrollar software(Llevo mas de 10 años) y no se me ocurriría volver a cobrar por licencia. Y ahora me gano mejor la vida sin ese seguro que era el no darle el código al cliente para que se lo modifique y adapte.
Saludos,
@Franck,
en esencia creo que estamos totalmente de acuerdo. Soy consciente que la publicidad, aún, no es una forma de monetizar o financiar los negocios y de que, como sostiene @jm_alarcon en su post, hay mucha gente que no pagará ni un euro por el contenido. Solo constato que es una situación cuanto menos «extraña». Pero porque estoy de acuerdo en no seguir dándole vueltas a un «problema» de difícil solución, soy un creyente en los modelos freemium. Aunque también debemos admitir que no todo el mundo puede vivir «de los bolos».
Y tu modelo me parece más que perfecto. Estás demostrando dos cosas: que se puede pero que requiere tiempo y esfuerzo. Te felicito.
@Albert, es cierto. La industria es la primera que ha «provocado» la situación. Como dice Franck, y ya han dicho otros, de lo que se trata es de dejar tu posición de intermediario (la que copia lo que hacías en el mundo real) y añadir valor en algún sitio.
Gracias a los dos por pasaros por aquí y dejar estos comentarios de tanto valor.
David, creo que esta confesión puede aportar algo de luz con respecto al tema: http://blogs.publico.es/personaanimalocosa/361/descargas-confesion-de-un-pirata/
A principios del Siglo XX, cuando los primeros automóviles comenzaron a cambiar el paisaje urbano, los hacedores de leyes (que nunca descansan en su afan de clasificar y controlar cada actividad humana) se enfrentaron al reto de equilibrar el uso de la nueva invención y las costumbres arraigadas en la epoca.
Una de las primeras leyes de transito dictaminaba que al llegar a un cruce de caminos el conductor debia detener su automóvil y tocar el claxon; acto seguido, debía apearse y hacer señales en ambos sentidos avisando de su paso. Los vehiculos no podian sobrepasar los 14 Kph y sus conductores debían presentar recomendaciones de sus vecinos que demostraran que se trataba de una persona moralmente correcta, que manejase bien el idioma, estar siempre bien presentados, aseados y con ropas formales y correctas para poder obtener su licencia.
Aquellos que conocemos la Red desde la época de ARPANET sabemos que esta tecnología nació con el propósito de intercambiar archivos; en un principio, entre científicos de la NATO y luego entre todos los usuarios que se conectaran a una red que hemos ido creando bit a bit. Fuimos los usuarios que destrozamos muchos ordenadores probando versiones beta de programas quienes posibilitamos su desarrollo; fuimos los internautas quienes creamos las reglas de protocolo (los más memoriosos recordarán el significado de la palabra netiqueta). En definitiva, fuimos todos nosotros quienes construimos Internet.
Ahora llegan aquellos que pretenden que una nave espacial funcione con los mismos principios que una carreta.
Con el tiempo, nuestros nietos mirarán al pasado con una sonrisa y -al igual que nosotros- encontrarán fascinante los intentos de algunos por evitar un cambio que ya no tiene retorno.
@Oscar, buen enlace. Ya lo compartiremos.
@Aldo, ¡amen! Pero que pena que nosotros no podamos disfrutar de ese cambio de paradigma, no?
Gracias por pasaros y comentar
La cultura del gratis total | El Blog de David Soler
Lo siento pero los ejemplos de cultura gratis no son comparables, Google Docs es gratis porque el autor (Google) lo ha decidido y las agencias de viajes es una nuevos modelo de negocio que se salta una paso. Pero ambos son sostenibles como negocio, pero los periódicos en Internet no lo son y los el oficion de músico tal como etsá ahora tampoco.
Estoy de acuerdo que lo que necesitamos son nuevos modelos pero hasta que no se definan todos los argumentos no me convencen. De alguna forma hay que permitir que la gente se gane la vida.
Hola David, en cuanto a la cultura del gratis total yo la he padecido personalmente. Organizo desde hace dos años la Semana Gótica de Madrid, un evento cultural y académico pensado en la divulgación de la cultura gótica desde sus orígenes en la literatura del XIX hasta la cultura urbana actual. Este evento no tiene precedentes de Europa, el 90% es totalmente gratuito y pese a ello mucha gente todavía se queja de que se cobren entradas para actos específicos. Resulta curioso que el público en general no tenga en cuenta el esfuerzo que hace un equipo de profesionales (todos voluntarios) durante un año y que ya que los aportes de los sponsors son mínimos, el evento exija obtener beneficios para cubrir gastos, entre otros pagar los espacios que nos proporciona el ayuntamiento y que la mayoría está convencida de que nos los dan gratis. Y este es el punto de discusión: Si el público quiere la cultura gratis ¿por qué entonces las instituciones nos cobran a los gestores el uso de los espacios? Aparentemente con nuestros impuestos cubrimos el mantenimiento de dichos espacios, y existen partidas presupuestales gubernamentales destinadas a tales efectos. Pues no, pese a los impuestos y dichas partidas, por más esfuerzos que se hagan para conseguir que un evento sea en un 90% gratuito, hay que pagar. Yo todavía compro discos, libros y revistas, aunque soy partidaria de compartir contenidos tal y como lo hacemos en nuestra Semana Gótica, y considero que frente al asunto y las posturas enfrentadas de la ley Sinde, lo suyo sería encontrar una vía alternativa, tanto para el tema de los contenidos como para todo aquello relacionado con la cultura en general ¿pero cuál? Estamos en un momento económico y social en el que por un lado impera la cultura del gratis total y por otro el de la obtención de beneficios. Es natural que los creadores y gestores culturales deseen obtener beneficios por el trabajo realizado. Espero tus comentarios, esta discusión tiene muchos aspectos en los que merece la pena profundizar. Un saludo
Pau, creo que estamos diciendo lo mismo. Vamos, espero haberme explicado bien (o quizás lo he hecho muy mal). Solo constato que es bastante difícil eliminar el concepto de lo gratis en Internet cuando muchas cosas de las que pasan por aquí, como GDocs, son gratis. Y yo lo sufro todos los días con mis «clientes». Google lo puede hacer porque su negocio es otro. Las agencias, como la música y la prensa, no son negocios sostenibles como hasta hoy lo eran (ni en su formato original ni en su formato original trasladado a Internet tal cual).
Y estamos de acuerdo que entre gratis y pago hay un término medio que debemos encontrar para que los creadores, entre los que me incluyo, nos ganemos la vida.
A ver si soy capaz de escribir un post en el que plasme cuales, a mi juicio, podrían ser las alternativas. Que esta es otra, todo el mundo habla pero nadie ofrece alternativas o no se discute sobre eso.
Marjorie, genial tu comentario. ¡Gracias! Es verdad, la gente paga, sin darse cuenta, por muchas cosas que cree que son gratis. Quizás tenga más que ver con la forma que tienes de cobrar las cosas, no sé, un efecto psicológico.
Como le he dicho a Pau, sigo tu comentario de que hace falta empezar a presentar alternativas en lugar de hablar de salarios, de fortunas, de gente sin recursos, etc.. o sea, de que cada uno solo vea su problema y no el del otro. Los creadores tienen (tenemos) derecho a ganar por su esfuerzo intelectual y la gente tiene derecho a tener acceso a la cultura o, dicho de otro modo, siempre habrá quien no quiera pagar y es un «problema» que no podemos ni debemos obviar (menos ahora que con los medios tecnológicos es tan fácil compartir las cosas y que, como digo en el post, la gente se acostumbra a creer que todo es gratis porque es fácil de conseguir).
Mil gracias a los dos por vuestros comentarios. Eso es añadir valor al post, a mí y a los lectores de este blog.
Ok David, te interpreté mal entonces. Se necesitan nuevos modelos de negocio. Es hora que los ESADEs expriman su lado creativo! 🙂
PD: lástima que me perdí tu capsula en Luna
[…] ayuda a mejorar, o a empezar de una vez, el necesario debate sobre la piratería, los contenidos, la cultura de lo gratis en nuestra sociedad, el copyright, […]